La parroquia de Fátima exige a Vodafone la retirada de una antena de telefonía móvil instalada en el campanario de la iglesia hace siete meses. El rechazo vecinal obligó entonces al párroco a dar marcha atrás en su idea de ponerla en funcionamiento por lo que habría recibido 12.000 euros anuales para atender gastos extraordinarios de la iglesia.

Sin embargo, y a pesar de varios requerimientos por escrito a Vodafone, incluido el de la asesoría jurídica del obispado, la antena aún no ha sido desinstalada y la sede parroquial han vuelto a recibir protestas, esta vez en forma de anónimos, para que sea retirada definitivamente, según explica con preocupación el párroco Juan José Rivero, que recuerda el rechazo inicial mediante recogida de firmas y colocación de panfletos en los portales del entorno de la parroquia. "Tienen miedo a su salud. Piensan que puede ser contaminante y quieren que se quite", precisa Rivero, que deja claro que la antena, camuflada en tres ramales con forma en cruz, nunca ha llegado a funcionar ante la oposición de los vecinos.

A instancias de este diario, el gabinete de comunicación de Vodafone en España aseguró el pasado martes que será retirada "en el plazo no superior a un mes", añadiendo que "los equipos han sido ya desinstalados y solo queda la antena en forma de cruz". La compañía corroboró la versión del párroco e indicó que, a petición de éste, "nunca llegó a ponerse en funcionamiento". Las explicaciones de la parroquia para defender la instalación de la antena son claras: no supone ningún peligro para la salud tras haber recabado informes de distintas fuentes como la Asociación Española Contra el Cáncer o la Junta de Extremadura. "No está demostrado que haya peligro. Por este motivo decidimos poner la antena".

Con estos argumentos, Rivero cree "injustificado" este rechazo y asegura que, si el resto de antenas colocadas en otros puntos de la capital cacereña fuesen nocivas, "la ciudad entera tendría que haberse levantado y decir que no". Tampoco se explica por qué en Fátima "se ha levantado esta polvoreda si no han dicho nada en otros lugares donde están instaladas".

APUROS ECONOMICOS Pero la principal razón para defender la instalación estriba en las dificultades económicas que atraviesa Fátima. Rivero asegura que las cuentas "están en números rojos" tras no poder hacer frente a gastos "extraordinarios" como los 30.000 euros del arreglo de la calefacción el año pasado. También tiene que costear aún entre 12.000 y 15.000 de la renovación de la iluminación al encontrarse "obsoleta", añade Rivero. "La parroquia solo saca para los gastos ordinarios", precisa.

El párroco hace hincapié en que nunca se ha negado a retirar la antena y recuerda que el día de Reyes se lo comunicó a los fieles en la homilia. También subrayó que la decisión de instalarse fue consultada con el consejo pastoral y técnicos. El caso también ha llegado al departamento municipal de Consumo. "Dije que se quitaba, que no estábamos dispuestos a amargar a la gente. Si hemos buscado este cauce ha sido para ayudar a la parroquia", remarca. Rivero quiere tranquilizar a los vecinos ante el retraso: "No les estamos engañando. La antena se puso con toda intención y se va a quitar con todas las de la ley".