El colectivo que Fatima Ouazni preside lucha por la integración de la mujer musulmana, que según explica ella tiene en contra "el idioma", además de las dificultades que suponen su condición de mujer e inmigrante. Por eso Ouazni reclama de forma enérgica "traductores que les ayuden a tramitar los papeles o a poner una denuncia", y explica que en muchos casos no lo hacen porque no saben cómo.

Otro de los problemas que señala la presidenta de este colectivo es que "para acceder a un curso de formación se les exige un justificante que acredite que tienen el graduado escolar, pero estas mujeres no lo tienen, ¿así como pueden mejorar su situación?" se queja Ouazni, que reclama medidas para lograr la integración de la mujer árabe. Entre las que considera fundamentales están "cursos en los que puedan aprender el español", pero también cursos para que los hijos de musulmanes nacidos aquí "puedan aprender árabe", señala.

Desde la asociación Al-Yub reclaman además al gobierno municipal un lugar en el que puedan profesar su religión y sus costumbres, lugares en los que poder comprar y elaborar sus comidas tradicionales y tanatorios en los que puedan llevar a cabo sus ritos. Además abogan por favorecer las relaciones de hermandad entre los musulmanes.