Felipe Salgado es el propietario de la pescadería que lleva su nombre en la plaza de San Juan. Uno de los negocios más antiguos --sino el que más-- de la zona desde que abriera sus puertas hace ya 44 años, concretamente en 1970.

Salgado comenzó como pescadero en 1958, ayudando con solo 12 años en la pescadería de su padre, ubicada donde estaba el antiguo mercado, ahora el Foro de los Balbos. "Estuve allí hasta 1966, cuando con 18 años monté con mi primo mi propia pescadería en la plaza Mayor", descubre Salgado.

Posteriormente, con sus dos hermanos, Angel y Emilio, abre la pescadería Salgado hace 44 años, rentando un local a la Cámara de Comercio. "La actividad comercial ha cambiado muchísimo. Desde que empecé con 12 años hasta ahora va un mundo. El trabajo sigue siendo muy duro pero antes lo era todavía más, ya que los medios que hay ahora no existían en aquella época", revela.

Salgado cuenta como ha evolucionado el transporte de pescado y desvela su método para sobrevivir a la crisis. "El transporte era mucho más lento, primero por ferrocarril y luego con camiones pero con una base de lona, no existían los camiones frigoríficos, por lo que el producto perdía calidad", subraya Salgado, que recuerda como "el pescado llegaba tirado por carros hace 50 años" y sugiere la especialización para combatir la recesión económica. "Hoy en día se hace necesario especializarse en un negocio y prestar un servicio de cara al público inmejorable", añade.

Con el paso de los años llegó la modernización al oficio, con técnicas como el congelado que abrió una nueva vía para la venta. Hoy, el negocio simplemente sobrevive. "En el centro el comercio está limitado. Al no haber muchos aparcamientos acude menos gente. Una de las obras que pudieron hacer es un párking en la plaza Mayor o en el jardín de San Juan, con lo que hubiera ganado mucho la zona comercial y podría competir con las comodidades que ofrecen al cliente las grandes superficies".

Salgado confiesa que "las ventas han bajado un poco" pero que "la gente sigue bajando a comprar porque hay tiendas especializadas". Ha tenido clientes de todas las generaciones, un público que ha depositado su confianza en Salgado desde hace 44 años. "Nosotros hemos perdurado por el trato al público. En una misma familia he tenido como clientes a abuelas, madres, hijas y van de camino las nietas. Es algo que tengo que agradecer cada día", sostiene.