Qué mejor manera de descubrir Cáceres que empezando por la feria de San Fernando. Cerca de medio centenar de médicos internos residentes (MIR) celebraron ayer la firma de sus contratos para los próximos cuatro o cinco años con un almuerzo en la caseta María Bonita. Unos 40 MIR, de los 58 que han sido destinados a la provincia cacereña, festejaron su incorporación al complejo hospitalario cacereño que integran los hospitales San Pedro de Alcántara y Virgen de la Montaña, además de los respectivos centros de salud de la ciudad. Ayer disfrutaron de un menú en el que no faltó el jamón de bellota con pan cristal y tomate (17 €) o los gambones a la plancha (12 €) y tendrán hasta el domingo para seguir descubriendo San Fernando. El lunes estarán ya en sus puestos de trabajo.

«Somos de todas partes de España. Hay muchos andaluces, madrileños, también de Castilla y León y Castilla La-Mancha. Incluso hay cinco chicos procedentes de Sudamérica», reveló Rosa, una de las 34 mujeres que ha logrado plaza en Cáceres. «Vamos a intentar que nuestro hospital tire para arriba. Que la gente conozca nuestra nueva ciudad y la promocionemos en todos los aspectos», añadió una ilusionada Rosa. «Estamos celebrándolo y conociéndonos. El primer día está siendo genial, es una ciudad desconocida y a todo el mundo le está encantando».

Al parecer María Bonita fue la primera opción para el sector de la medicina ayer. Con los MIR coincidieron también los celadores del San Pedro de Alcántara, que llevan 17 años juntándose en la feria, además de en la clásica cena de Navidad. «Estamos más de 40. Somos un colectivo muy grande y solemos venir bastantes», indicó Marisa que, como sus compañeros, decidió apostar este año por algo nuevo. «Siempre nos solíamos juntar en El Cortijo Real, donde hemos pasado 16 años muy, muy buenos de verdad, pero este año hemos optado por variar un poco porque el cocinero de María Bonita también tiene mucho nivel», remató Marisa antes de brindar con sus amigas. «Nos encanta vivir la feria aquí, en el recinto ferial, y aguantamos todo el día. ¡Viva la feria de San Fernando!».

Al igual que en María Bonita, en cuya carta se ofertan también los clásicos calamares a la andaluza (10 €) o una cazuelita de garbanzos con langostinos (9 €), otros grupos de amigos y compañeros de trabajo aprovecharon el mediodía en otras casetas en el que fue, sin duda, el primero de los días grandes de San Fernando. La Casa de Andalucía, en la que se pueden degustar platos como el pulpo a la gallega (15 €), la carrillera estofada (10 €), los clásicos huevos estrellados (10 €) o revueltos (9,5 €) de todo tipo --jamón con gambas, bacalao, ortiguillas con langostinos, y gulas con langostinos-- fue otra de las opciones más escogidas por los cacereños.

Allí se dieron cita los profesores del instituto Ágora. «Quedamos todos los años los jueves y siempre en la Casa de Andalucía porque nos tratan muy bien. La comida es de calidad, la bebida está muy fresquita y el servicio es rápido», señaló Carlos, que disfrutó del almuerzo con otros 15 compañeros. «Esta caseta lleva 30 años aquí. En la feria de esto queda muy poco», resaltó Carlos, que explicó que suelen optar por el recinto ferial porque «aquí la mayoría son catovis; entonces les sigue gustando el pack completo».

El Grupo Fissa, por su parte, optó por comer en Capote, donde se pueden pedir unos chocos a la andaluza (8 €), lágrimas de pollo (6 €) o, para los más pudientes, una pluma ibérica macerada con salsa de la casa a la plancha (14 €). Algo de eso probaron. «Hemos venido unas 30 personas, que siempre quedamos en el recinto ferial», indicó Cristina, que reveló que la de ayer fue la primera vez que almorzaban en Capote. «Vamos a comer, luego nos tomaremos una copa y hasta que el cuerpo aguante», añadió Cristina, para quien la feria de verdad hay que vivirla en el ferial. «Es una vez al año solamente y hay que venir al recinto», reclamó.

Mientras tanto, en la caseta de enfrente, Velvet, Antonio picaba algo de paella con su grupo de amigos. Es una tradición que llevan manteniendo durante años y un día de encuentro para muchos de ellos. «Quedamos todos los años por feria y es bonito porque aquí te reencuentras con mucha gente que te gustaría pero no puedes ver durante todo el año», confesó Antonio, que disfrutó del mediodía con otros 11 compañeros. «Siempre venimos al ferial, es el sitio más idóneo para nosotros. A lo mejor solo venimos un día porque se nota el bolsillo, pero te lo pasas muy bien. Merece la pena», subrayó.

San Fernando vivió ayer el primero de sus días grandes. Un jueves de feria multitudinario en el que la gente aprovechó la jornada festiva de hoy para disfrutar de una larga estancia en el recinto ferial. Así, desde mediodía, las casetas se inundaron de cacereños que no parecen estar dispuestos a que la feria de Cáceres se venga abajo. Algunas tradiciones --no todas-- hay que respetarlas. Ésta, sin duda.