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La primera noche de feria hubo mucha gente, colas para coger el autobús y caravana para acceder al ferial, polvo, fuegos artificiales con aplausos y una pelea a palos que, según confirmaron ayer fuentes de la Cruz Roja, llevó a tres personas al hospital San Pedro de Alcántara: dos con heridas y una tercera --la novia de uno de los agredidos-- con una crisis de ansiedad.

Tampoco ayer el bochorno hizo mella en las ganas de los cacereños, que volvieron a acudir de forma masiva desde el mediodía a la feria, una hora, la de las cañas, que gana terreno cada año a la noche, según explicaron algunos caseteros consultados por este diario.

"A la gente le gusta más el día que la noche", comentó Pedro Prieto. Su caseta, El Sol, como el resto de las que se encuentran en esa calle --PP, El Museo, El Redoble, El Club Taurino, Salón de Baile, entre otras-- estaban hasta arriba. "La feria ha empezado fuerte", apuntó Prieto, que destacó que el jueves por la noche en su caseta la marcha se prolongó hasta "las seis o las siete de la mañana".

También se mostró satisfecho con el comienzo de las fiestas Quini Carrasco, de la caseta El Museo. "La gente tiene muchas ganas de feria este año", afirmó, mientras confió que este buen inicio no se desinfle y durante el puente --el martes es fiesta local-- no disminuya la afluencia al recinto ferial.

Algunos se decidieron por la cerveza, los minis de calimocho y los rebujitos --según pasaba el tiempo eran los cubatas los que corrían de mano en mano--, para aliviar el bochorno a ritmo de los últimos éxitos musicales, pero también de la música "de siempre" --de los 80 o 90--. Los más atrevidos seguían los pasos de los animadores de las casetas --un fenómeno que se ha contagiado y que cada vez más caseteros usan como reclamo--. Tampoco faltaron las go-gós encima de varias barras.

Otros, mientras tanto, se decantaron por reponer fuerzas en las casetas de comidas --El Piquiqui, La Casa de Andalucía y El Jaleo-Casa Diego-- estaban repletas, en otras había ambiente y algunas estaban prácticamente vacías. Muchos grupos aprovecharon para celebrar la tradicional comida de feria, era el caso de la asociación de amas de casa, que se citó en El Jaleo.

Unos y otros trajinaban por las calles de la feria. Este año hacen furor los sombreros y pandillas enteras decoraban sus cabezas con gorros de flores --se podían ver varios modelos y colores--, de vaca, o con los tradicionales sombreros de paja que regalan firmas comerciales.

EL PRIMER ´BOTELLON´ También algunos grupos llegaban a primera hora de la tarde provistos de bolsas con bebidas para celebrar el botellón , que la noche anterior, la del jueves, concentró a numeroso público, sobre todo joven. Alrededor de la medianoche la cola de personas con bolsas para acoger el autobús superaba con creces el centenar.

El concejal de Festejos, Lázaro García, y los caseteros restaron importancia a las peleas que se produjeron por la noche en el ferial --que suelen ser frecuentes en este tipo de convocatorias multitudinarias-- y afirmaron que el "buen rollo" había prevalecido en el recinto. No obstante, una de ellas, que se produjo alrededor de la una de la madrugada, revistió cierta gravedad. Varias personas, según relataron fuentes de Cruz Roja, se enzarzaron en una pelea con palos que acabó con tres heridos en el hospital. "Sobre todo fue muy escandalosa por la abundante sangre", apuntaron.

Las unidades de Cruz Roja en el ferial realizaron el jueves por la noche una veintena de asistencias, la mayoría por golpes, cortes y pequeñas heridas o alguna luxación, aunque también tuvieron que intervenir en un accidente que se produjo en la rotonda del Ceres Golf entre un turismo y un camión evacuando a uno de los heridos al hospital. Asimismo, fuentes de la organización informaron de que también habían tenido que repartir numerosas mascarillas entre los visitantes a causa de las alergias.

PARA TODOS LOS GUSTOS Pero si algo caracteriza a la feria de Cáceres es que parece que tiene adeptos entre todos los sectores de la población. Por eso ayer por la tarde en la caseta municipal los protagonistas eran los mayores. Alrededor de 600 se dieron cita en el encuentro que organiza cada año el Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS) para disfrutar de una tarde de merienda y pasodobles.

La actuación del ballet de Caty Palma y las orquestas Imperium y Bronce se encargaron de animar la fiesta en la que, como ya es también tradicional, la concejala del IMAS, Basilia Pizarro, regaló a cada uno un pequeño detalle.

Pero no todas las actividades festivas se concentraron en el recinto de la carretera de Mérida. En el paseo de Cánovas, los estands de los 42 artesanos que participan en la Muestra Artesana y Agroalimentaria volvieron a abrir sus puertas, mientras los más pequeños tenían una fiesta especial en la Casa de Cultura Rodríguez Moñino y en la sede vecinal de la Mejostilla, ambas a cargo del Movimiento Junior de Cáceres.

También la plaza Mayor fue el escenario ayer --y lo será hoy-- de actividades multiaventuras para los niños con un rocódromo, tirolina, rappel y otros juegos.

Los cacereños tienen por