El ganado y el calor fueron los protagonistas de la segunda jornada de San Fernando. La actividad comenzó desde primera hora de la mañana en el recinto hípico, con un escaparate de ganado que reunió a cerca de medio centenar de ejemplares.

Con la cita ganadera la feria recuerda sus orígenes, ya que fue una vez una cita ineludible para los tratantes de ganado, además de una jornada festiva para la ciudad. Se celebraba desde la Edad Media, pero en la historia reciente, la época en que mayor reconocimiento tuvo este evento, que durante años se desarrolló en el mes de septiembre (feria de San Miguel), fue a finales de la década de los 40 del siglo pasado, cuando se desarrollaba en el Rodeo. Sin embargo fue perdiendo fuelle y se fue abandonando hasta quedar en el olvido.

HACE UNA DECADA La Asociación de Amigos del Parque del Príncipe recuperó esta tradición hace ya once años. Ayer no fue una de las más multitudinarias, ya que los ejemplares expuestos no llegaron al medio centenar, pero sí logró ser una cita festiva. "El excesivo control de los servicios veterinarios hacen que cada vez vengan menos ganaderos que no pueden cumplir con las exigencias", explicó Matías Simón, miembro del colectivo organizador.

Más de 70 niños del colegio Proa y de Valdesalor disfrutaron de los paseos en burro y del taller de herraje. Este último dirigido por David García, procedente de Holguera, quien les explicó cómo se hierra un caballo y las razones por las que es necesario hacerlo.

También hubo expositores de maquinaria agrícola y de accesorios para ganaderos y animales. Entre ellos estaba Pedro Iglesias, de Montehermoso, que lleva 25 años elaborando cencerros a mano. Ayer los mostraba a los asistentes.

Tras una intensa jornada, llegaron los premios. José Luis Silva se llevó el galardón a la mejor burra; Ramón Silva a la mejor mula y Juan José Varquero, al mejor caballo. Fueron entregados por el concejal de Festejos, José María Asenjo.