Cada billete de avión de los niños saharauis que viajan a Extremadura para pasar un verano lejos del desierto cuesta aproximadamente 420 euros (70.000 pesetas), importe que deben afrontar íntegro las familias de acogida todos los veranos. Por ello, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Cáceres ya se ha puesto manos a la obra con el fin de recabar fondos y reducir en lo posible la carga económica. El próximo viernes celebrará un festival benéfico a favor de esta causa, a partir de las 20.30 horas en el Auditorio San Francisco.

"Todos los años reunimos entorno a 1.800 euros con el certamen, cifra que nos permite sufragar unos 230 euros por niño, es decir, más de la mitad del billete, junto con las subvenciones de diputación, ayuntamiento y Caja Duero", explica el presidente del colectivo en Cáceres, Antonio Hernández, que anima a las familias a apuntarse desde este momento para garantizar un casa de acogida a todos los niños en verano, mediante el programa solidario Vacaciones en paz .

COMO AYUDAR El festival incluirá las actuaciones del humorista Franquete y del Ballet Clásico Español y Flamenco de Caty Palma, que presentará su trabajo Al Andalus . Las entradas, a 6 euros, pueden adquirirse en Librería Hormigo (plaza Mayor) y en la Academia de Baile Caty Palma (Hernán Cortés, 7). Colabora el ayuntamiento, la diputación, Copegraf, Marisa Núñez, Sonido Exson y Caja Duero, que también ha creado una fila cero.

El pasado año llegaron 22 saharauis a la ciudad, y el propio presidente tuvo que hacerse cargo de dos de ellos hasta que encontraron un hogar, siete días después. "Estos casos son un poco tristes, pero ocurren. Nos gustaría traer a 50 niños, darles la posibilidad de pasar una estancia lejos de las incomodidades de los campos de refugiados, aunque debemos ser realistas", lamenta Antonio Hernández.

Las familias de acogida no deben cumplir ningún requisito previo. Tan sólo seguir la rutina del resto, que consiste principalmente en llevarlos a revisión médica. "Los niños son sometidos a varios análisis gracias a las facilidades de la Junta. Si alguno está enfermo, suele permanecer durante el invierno con la familia de acogida, aunque no está obligada a ello y puede llevarlo a otro hogar, cosa que nunca ocurre", señala el presidente.