Fin a uno de los capítulos más tristes de Aldea Moret. A la barriada cacereña apenas le quedan 12 días para ver demolidas las últimas chabolas, perreras y gallineros ilegales que durante años camparon a sus anchas sin que ningún gobierno municipal le pusiera coto.

Miguel López, concejal de Infraestructuras, dió ayer a conocer la fecha exacta en la que comenzarán los trabajos de derribo: el 15 de febrero. Lo hizo después de que un grupo de trabajo específico formado por técnicos municipales de distintos servicios y presidido por él se reuniera en el ayuntamiento, una vez que han concluido los expedientes administrativos.

El concejal explicó que aunque en este procedimiento se ha comunicado a los interesados, y publicado en el Boletín Oficial de la Provincia, la obligación que tienen de retirar estas construcciones, ninguno de los afectados ha procedido a ello. Miguel López indicó que el plazo para hacerlo de forma voluntaria sigue abierto y que expira el 13 de febrero, aunque no fue optimista al respecto y apuntó que lo más probable es que el ayuntamiento tenga que actuar de oficio el día 15.

López recordó que hay 15 edificaciones, todas ellas ilegales, que ocupan un terreno municipal y que están asentadas en plena Cañada Real (precisamente por eso el expediente se ha ralentizado hasta determinar si tenía que actuar la Junta o el ayuntamiento). Las localizó en los bajos de la pasarela que comunica el barrio de La Cañada con el de Aldea Moret, donde han proliferado perreras y gallineros, adosados a construcciones muy antiguas, que lejos de guardar el ornato de un espacio público son un foco de insalubridad.

PREVENCION En muchos casos estas construcciones están llenas de animales: gallinas, conejos, caballos... que si no son retirados por sus dueños lo serán por la Asociación Protectora de Animales, que se verá obligada a actuar. López anunció que antes y después se llevará a cabo también la desinfección de toda la zona con el fin de evitar la posible transmisión de enfermedades a los operarios que actúen en el derribo, estarán trabajadores de Conyser apoyados por agentes de la policía local.

La de la calle Malpartida es la tercera y última fase que el ayuntamiento realiza para acabar con las perreras y chabolas. Ya lo hizo en el mes de julio en el Cerro de los Pinos y en el barrio de La Abundancia, donde se echaron abajo unas 50 construcciones. "Ya dijimos que al gobierno no le iba a temblar el pulso en mantener la legalidad en Aldea Moret", señaló el responsable de Infraestructuras.

El edil recordó que durante el segundo semestre del 2007, el equipo de gobierno pulsó las necesidades de todos los barrios de la ciudad para escuchar sus reivindicaciones e iniciar un plan de actuación. "En el caso de Aldea Moret --explicó Miguel López-- uno de los primeros problemas que nos pusieron encima de la mesa los vecinos fueron precisamente las perreras y chabolas. Nos dijeron que se hacían peleas de gallos y que nunca jamás se había hecho nada por parte de gobernantes anteriores, que miraban atrás. Nosotros --concluyó el concejal-- dejamos claro que actuaríamos sin temor alguno".