Si hubiera sabido que tendría que prostituirme no me habría venido. Si vine fue porque Javier me prometió un buen trabajo, que iba a ayudarme a montar una peluquería, que era lo que tenía en mi país, pero me engañó". Fue la afirmación tajante de uno de los testigos protegidos en el juicio celebrado ayer en la Audiencia contra el venezolano Javier David C. P., presunto cabecilla de una red de ´casas de cita´ que actuaba en la ciudad.

La fiscal le acusa de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, dos de aprovechamiento de la prostitución y un delito contra la Administración de Justicia, por los que pide para él 15 años y medio de prisión y casi 29.500 euros de multa. Por su parte, la defensa, que ejerce el letrado Angel Luis Aparicio, mantiene que su defendido nunca obligó a nadie a prostituirse, "todos lo hicieron libremente", ni cometió ninguno de los delitos que se le imputan, y pide su absolución.

Javier David C. R., según los testigos, era el máximo responsable de la red de ´casas de cita´ que la policía desmanteló en junio del 2007 y que, además en la ciudad --en la calle Argentina, la avenida de Alemania y Gómez Becerra--, tenía pisos en Plasencia, dentro de la provincia, y también en otras ciudades de España, como La Coruña o Zaragoza, dedicados a la prostitución de chicas y chicos extranjeros, sobre todo de Venezuela y Brasil. En esta tarea colaboraban con él, entre otros, su madre, su hermana y un amigo.

Según pusieron de manifiesto los testigos protegidos que declararon ayer, una paraguaya y un venezolano, por todos los pisos rotaban para ejercer la prostitución tanto los chicos como las chicas, que no solían estar en cada uno de ellos más de una plaza (denominaban así a un periodo de entre 20 y 30 días).

La vista de ayer en la Audiencia fue la tercera, de los dos juicios, que por este caso se han celebrado. El primero tuvo lugar el 1 de octubre del 2008, y en él se sentaron en el banquillo de los acusados nueve detenidos en la operación, de los que dos fueron condenados a 10 años de prisión, un tercero a 6 años y el resto fue absuelto.

Javier David, que había conseguido huir, evitó aquel primer juicio, pero no eludir a la justicia. Ya localizado, el juicio contra él se iniciaba el pasado 27 de septiembre, pero la vista tuvo que suspenderse al no comparecer dos testigos protegidos que se consideraban claves tanto por la fiscal como por el abogado defensor, y se aplazó para ayer. Pero tampoco se personaron en esta segunda vista, por lo que se optó por visionar el vídeo grabado en el primer juicio y escuchar los testimonios que en aquel prestaron estos dos testigos contra Javier David.