La detención de dos jóvenes que los agentes de la Policía Nacional Diego R. R. y Antonio D. D. realizaron hace poco más de un año podría costarles ingresar en prisión y tener que abandonar el cuerpo. Se les acusa de un delito de detención ilegal, por el que el fiscal pide para cada uno de ellos 3 años de prisión y la acusación 4 años, y ambos solicitan la inhabilitación por 8 años.

Los agentes, que ayer se sentaron en el banquillo de los acusados para responder de un delito de detención ilegal y una falta de lesiones, defendieron que su actuación fue legal, pero según la versión de sus presuntas víctimas les detuvieron y agredieron "sin motivo ni explicaciones".

Todo ocurrió en la madrugada del 16 de noviembre del 2003. Sobre las cinco de la mañana cuatro amigos, que regresaban hacia sus casas, fueron sorprendidos a la altura de San Juan por un coche patrulla que apareció por la calle Pintores. Los agentes retuvieron a dos de ellos --uno menor de edad en aquel momento-- y, según la versión de los jóvenes, sin explicarles el por qué, les detuvieron y les trasladaron a Comisaría. Durante la detención, añadieron, el agente Diego R. R. agredió al menor llegando a causarle lesiones.

A preguntas del fiscal y la acusación ambos jóvenes aseguraron que los agentes en ningún momento les dijeron porqué les detenían, ni les leyeron sus derechos, ni les explicaron nada.

VERSION POLICIAL Por su parte, los agentes negaron la agresión, llegando incluso a asegurar que el menor se autolesionó y que si le pusieron las esposas y le obligaron a subir al coche fue porque se negó a identificarse y no quería ir a la Comisaría.

Indicaron que actuaron porque una pareja les avisó de que los jóvenes habían causado daños en el mobiliario urbano de Cánovas, pero añadieron que lo hicieron en todo momento dentro de sus competencias y de acuerdo con la ley de protección de seguridad ciudadana.

El juicio, celebrado ayer en la Audiencia Provincial, quedó visto para sentencia.