La Agencia Tributaria se toma al pie de la letra que todos somos contribuyentes. Al menos sin excepción de edad como le ocurrió a Lidia, una niña de cuatro años, vecina de Nuevo Cáceres, que recibió hace unos días en su domicilio un borrador de la declaración de renta en el que le devuelven 0,12 euros. "Nos pareció increíble", explica aún sorprendida su madre, Gloria Medina, auxiliar administrativa en un hospital cacereño, que ya piensa en añadir en el diario que escribe de la niña que una vez fue incluida en las listas del fisco.

Aunque entiende que se trata de "una anécdota", la familia de Lidia no comprende cómo ha podido darse esta situación, máxime cuando no solicitaron que a su hija le fuera enviado el borrador. "Pedimos el de mi marido y el mío", asegura la madre, que tiene previsto acudir a la Agencia Tributaria para que se lo aclaren.

Desde este organismo explicaron ayer que no se trata de un caso aislado y que se repite con frecuencia, ya que en el envío de borradores también se incluyen por norma a los hijos menores de 18 años que, como en el caso de Lidia, puedan tener una cuenta abierta en una sucursal bancaria. "Lo que no pueden hacer es suscribir o confirmar el borrador porque solo pueden hacerlo sus representantes legales", aclara Arturo Pérez Vega, jefe de las dependencias de Gestión Tributaria en la capital cacereña.

Sin embargo, en opinión de Gloria Medina, el caso ocurrido con su hija pone de manifiesto que la Agencia Tributaria "debería filtrar más los datos" de los contribuyentes de menor edad para evitar situaciones parecidas. "Da a entender el caos que tienen con los borradores este año", añade la madre.

A pesar de ello, la Agencia Tributaria matiza que "lo incorrecto" sería no enviar a todos los miembros de la misma familia un borrador individualizado si los hijos, aunque sean menores de edad, presentan rendimientos de algún tipo. "Normalmente optamos por la opción más favorable", aclara Pérez Vega, que resta importancia al caso ocurrido con esta menor cacereña.

Pero la madre de Lidia, que hasta ahora no había vivido una situación parecida, siempre podrá contar a su hija que la Agencia Tributaria le quiso devolver menos de lo que vale un helado en verano.