Si una cosa demostraron Fito (Adolfo) Cabrales y su banda Los Fitipaldis anoche en el hípico de Cáceres es que tienen cuerda para rato. Después de 90 conciertos de su maratoniana gira Por la boca vive el pez , sobre el escenario parecía el primero. Y así, frescos, incombustibles e incansables se exhibieron ante los más de 7.000 espectadores que acudieron a la tercera gran cita musical en directo de la temporada.

Las entradas a 20 euros se habían agotado en venta anticipada hacía al menos un par de días en la ciudad, aunque en taquilla sobraron. La organización contabilizó entre 7.000 y 7.500 localidades vendidas.

El recinto hípico empezó a recibir los primeros espectadores antes incluso de que se abrieran las puertas a las ocho de la tarde. Los más fitipaldianos adelantaron su entrada para ocupar los primeros puestos. A las seis de la tarde tomó posiciones un grupo de veinteañeras de Malpartida de Plasencia que consiguió la primera fila.

Las actuaciones de los teloneros vizcaínos Hash y Zodiacs tomaron primero el escenario hasta las 22.40. Hubo que esperar hasta pasadas las once para que Fito y los suyos tomaran por fin el relevo tras una original presentación de quienes hacen posible la gira en formato de créditos de una película de cómic.

COROS DE PRINCIPIO A FIN Enseguida comenzaron a sonar los primeros acordes de Un buen castigo , de su disco anterior Lo más lejos, a tu lado . Lo he intentado muchas veces, pero nunca me ha salido...El mejor de los pecados...el haberte conocido... . No es raro que varios de los trabajos discográficos de la banda sean superventas. Solo hay que asistir a una de sus actuaciones y se comprueba por qué. El público corea todos los temas, al menos el estribillo, desde el primero al último.

Por encima de la sencilla puesta en escena con dos pantallas gigantes que reverberaban la imagen, sobresalía el sonido. El de la guitarra de Carlos Raya, el saxo de Javier Alzota, el bajo de Cándido Carmelo, los teclados de Joserra Semperana o la batería de José El Niño Bruno, pero sobre todo la voz de Fito.

Esta entonó pronto los temas de su último disco que da nombre a la gira, Viene y va o la esperada Por la boca vive el pez . Antes de él, vino el saludo a Cáceres y el deseo de Fito de que "pasemos una bonita noche de rock, a ver si cantamos, bailamos y lo que haga falta". Y la gente bailó y cantó. Por el patrón que más o menos que han seguido todos los conciertos anteriores, se preveía que el grupo ofreciera alrededor de 24 canciones en unas dos horas y cuarto de actuación.

Cuando Fito Cabrales soltó anoche el micrófono, sumó otros 7.000 espectadores a la cuenta de resultados de su multitudinaria gira, que se calcula ha tenido 700.000 seguidores. Casi nada. Y suma y sigue. Desde la madrugada cacereña a Avila, donde hoy está previsto que repitan directo. Darán guerra aún hasta el 16 de noviembre en Barcelona, fecha prevista para el cierre del tour. Aunque con Fito, nunca se sabe.