Carlos Floriano, el candidato del Partido Popular a la presidencia de la Junta de Extremadura, compartió ayer su programa electoral y una comida con unos 150 cacereños representantes de diversos sectores de la sociedad, a quienes presentó el proyecto de la candidatura de Cáceres a la Capitalidad Europea de la Cultura del 2016 como una apuesta electoral de su formación y como la gran oportunidad de Extremadura para situarse en el mapa europeo.

El encuentro gastronómico-político es similar al que el líder popular está llevando a cabo en otras ciudades extremeñas junto a sus candidatos locales, en este caso José María Saponi, para "trasladar las propuestas del partido de la forma más cercana posible". El acto comenzó con una breve comparecencia del candidato ante los medios de comunicación en la que no ofreció novedades de su programa ni proyectos concretos para la ciudad, solo dio "una visión global".

Sí incidió en la importancia del proyecto Cáceres 2016 como "motor de riqueza y empleo para la región" y como "polo de atracción cultural y turística" dada la "necesidad" que tiene la región de que se la conozca. De ahí que pidiera la implicación de todos los extremeños y todos los presentes en el encuentro de ayer en hacer realidad la iniciativa cultural.

SIN NOVEDADES Al margen de la Capitalidad, no concretó proyectos específicos para la ciudad y en su intervención ante sus invitados ofreció también pocas novedades. Insistió en su propuesta de bajar los impuestos si llega a la presidencia de la Junta de Extremadura y reivindicar que los extremeños paguen menos por el recibo de la luz, puesto que la región es exportadora de energía. Equiparó este caso con el del precio del pescado en Cádiz, mucho más barato que en el interior al no tener que sufragar el gasto del transporte.

A algunos de los asistentes les sorprendió el "tono sosegado" de su discurso, según manifestaron a este diario, sin críticas ni alusiones al Partido Socialista e incluso con matices en positivo reconociendo el crecimiento experimentado por la región. Dijo, eso sí, que ahora hay que seguir adelante con una apuesta decidida por la industrialización para transformar "nuestros productos" y la creación de empleo para evitar que los jóvenes tengan que emigrar.

Ante los medios de comunicación si aludió al Gobierno socialista regional manifestando que "si no ha sido capaz de resolver algo en 25 años, difícilmente lo va a resolver". Por eso dijo que su objetivo en ocho años es alcanzar los niveles de bienestar del conjunto de la Unión Europea y que es un proyecto "razonable y asequible".

A la comida, que se celebró en el hotel Meliá, asistieron empresarios de la industria, el comercio, la construcción y la hostelería; políticos, jóvenes miembros de colectivos, dirigentes de asociaciones sociales, como Aspainca, Apafenes, Cocemfe, Sordos, Secretariado Gitano o Síndrome de Down, artistas o directivos de varios medios de comunicación.