La noticia del fallecimiento de Eustaquio Blanco provocó ayer numerosas reacciones de amigos y profesionales del sector de la restauración, que destacaron el peso que ha tenido en la cocina cacereña y regional.

José Polo y Toño Pérez, propietarios del restaurante Atrio, comentaron que Blanco fue un amigo y un gran profesional, que les ayudó con la apertura de su establecimiento, así lo explicó Pérez: "El nos dijo, ´tú, Toño, a la cocina, y tú, José, al salón´. El siempre nos ayudó con todo". Polo, por su parte, comentó que Blanco era una persona sobresaliente en cuanto al esfuerzo y excelente cocinero: "Como buen cocinero era como una madre".

Santos Benítez, presidente del patronato de Turismo de la diputación, declaró que el fallecimiento de Blanco ha supuesto una gran pérdida para la gastronomía cacereña y nacional, puesto que fue un referente para las escuelas de cocineros. Benítez destacó lo más importante de Blanco: "Sus tres aspectos son el personal, el profesional y el emprendedor, que siempre destacó en ellos". Sin salir de la diputación habló Esther Gutierrez, responsable del sector de Gastronomía dentro del patronato, al asegurar que "la gran trayectoria de Eustaquio frente a los fogones nunca se va a perder, puesto que dejó bien enseñado su legado".

Por su parte, Matías Macías, presidente de la Cofradía Extremeña de Gastronomía, afirmaba que se ha ido un "maestro de maestros", cuyo objetivo era posicionar en un plano destacado la cocina extremeña, logrando que fuera una referencia fuera de nuestras fronteras.

Asimismo lo recuerda como un buen compañero, jovial y poseedor de una gran calidad humana en el terreno personal.

Su tocayo y miembro de honor de la Cofradía Extremeña de Gastronomía, Eustaquio Becedas, reconoce que los unía una buena amistad. Becedas admite que el trabajo de Blanco en El Figón, su primer restaurante, estaba muy bien hecho y era "muy extremeño", así como que esta dinámica fue la que siguió en su posterior restaurante, que llevaba su nombre y en el que mezcló tanto la tradición extremeña como otro tipo de innovaciones. También apunta que era un hombre muy sensible y que incluso recibía los premios con "alguna lagrimilla".

El expresidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura, Javier García, expresó sus condolencias y aseguró que para él, "Eustaquio ha sido uno de los grandes maestros de la cocina extremeña". Recordó con cariño cuando se emocionó al recibir la Medalla de Extremadura, "los premios que te dan en la tierra son los mejores", recuerda que decía Eustaquio.

Manuel Espada, que llevaba trabajando con él desde 1972, se sumó al sentimiento por la pérdida de Eustaquio Blanco. "Ha sido como un padre para mí", "nunca he necesitado una escuela porque lo tenía a él". Asegura que todo lo que ha aprendido se lo enseñó él, y que siempre decía "si lo haces con amor, el plato siempre te sale bien".

César Martín Clemente, presidencia de la asociación empresarial del sector de la hostelería, destacó que "la figura de Eustaquio Blanco ha sido muy importante para la hostelería". Añadió también que era una persona que aportó mucho prestigio a la cocina extremeña a nivel nacional, "era imprescindible en las jornadas gastronómicas".