Nació en Malpartida de Cáceres, 1957.Ordenación: Toledo, 1981. Estudios: Teología espiritual en Roma. Doctorado en Salamanca y cursa ahora el segundo. Habla francés e italiano. Publicaciones: más de 70 libros de oración y espiritualidad.

Francisco Cerro Chaves no ha dejado de recibir llamadas en dos días. Lo comenta la religiosa que atiende el teléfono del Centro de Espiritualidad de Valladolid que hasta ahora ha dirigido el ya obispo electo de la diócesis de Coria-Cáceres y donde aún vive. Después de muchos intentos, al otro lado del hilo telefónico suena una voz jovial y solícita a hablar con EL PERIODICO EXTREMADURA.

--¿Cuántas felicitaciones ha recibido?

--Miles, sin exagerar. Por teléfono, e-mail, telegrama, fax; y desde todos los lugares, de Cáceres, de mi pueblo y hasta de Los Angeles. Es normal porque esto es una vez en la vida. Me he sentido muy querido.

--¿Algunas le han emocionado de forma especial?

--Las de la familia y personas que han estado más cerca de mi. Ha habido momentos de profunda emoción con las gentes de aquí de Valladolid, donde he vivido los mejores años de mi vida como sacerdote.

--¿Han empezado a llamarle monseñor?

--No, solo don Francisco, Francisco o Paco. Cuanto más sencillo mejor, es más cercano a la gente. Los más importantes no son los que más títulos tienen, sino los que más se entregan.

--¿Ha celebrado el ascenso ?

--Ha sido una celebración familiar y sencilla, nada multitudinario, que no es mi estilo.

--¿Por qué se hizo sacerdote?

--En un retiro en la Montaña, con 14 años, descubrí una espiritualidad que me hizo tan feliz que quise transmitirlo.

--¿Qué es hablar con Dios?

--Es saber que no estás solo, que es precisamente el gran drama actual de la Humanidad, que la gente está sola. Hablar con Dios es decir adiós a la soledad.

--¿La Iglesia vive momentos difíciles?

--Sí, hay que ser realista, pero cuándo no ha vivido la Iglesia momentos difíciles: siempre. Hay que convertir las dificultades en dones y no tirar la toalla o culpar a otros de los problemas. Hay que buscar soluciones con talante constructivo.

--Sectores católicos creen que la Iglesia vive alejada del pueblo.

--Quizás podríamos estar más cerca, no lo dudo, sobre todo de los que sufren, de los pobres, de los excluidos. A veces debemos reconocer que tenemos nuestras limitaciones y fallos, pero con un espíritu de esperanza.

--Los sacerdotes cacereños suscribieron hace dos meses un manifiesto en el que abogaban por una gran renovación de la Iglesia, con menor clericalización y mayor protagonismo de los laicos. ¿Apoya ese cambio?

--No conozco el manifiesto, pero me encantaría y en muchos aspectos creo que estaría de acuerdo. El Concilio Vaticano II ya reconoce la labor de los laicos y su corresponsabilidad, no por falta de vocaciones, sino porque la Iglesia no es solo jerarquía y el papel de los laicos es esencial.

--¿Cuál cree que es el principal problema de la diócesis cacereña y cómo resolverlo?

--Aun no la conozco a fondo, pero imagino que debe tener los mismos que el resto: escasez de vocaciones, la ausencia de jóvenes y el papel de los laicos. Me pondré a disposición del resto de miembros para trabajar juntos y afrontar estos retos.

--Conectar con los jóvenes parece una misión imposible.

--Acabo de terminar un libro, Venid y vereis. Evangelizar a los jóvenes en tiempos recios , en el que hablo de ello. En la medida que les descubramos con nuestra vida y testimonio lo que es la Iglesia, que les acoge como son y es cercana a ellos, entenderán el mensaje.

--¿La asignatura de Educación para la Ciudadanía es una zancadilla a la Religión?

--En este tema me identifico con el episcopado. Abogo por reivindicar el espacio de libertad que debe tener la Iglesia para cumplir con su labor, exponer su doctrina y decir lo que piensa.

--Se ordenó en la diócesis de Toledo con la que Cáceres se disputa la adscripción de Guadalupe. ¿Será algún día cacereña?

--Debe decirlo la Santa Sede. Hay buena voluntad en que se solucione y espero que sea lo mejor para Extremadura, porque Guadalupe es lo más significativo y de hecho la Virgen estará en mi escudo episcopal.

--Ha enseñado Teología en América Latina donde nació la Teología de la Liberación. ¿Qué piensa de esta corriente?

--Pienso que habría muchas teologías de la liberación , no una. Si se habla en plural, hay algunas, como en Brasil que siguen las raíces del Evangelio, que han acertado y Juan Pablo II lo reconoció. Bien entendida, es necesaria. Hay muchos autores que se están esforzando por defender un compromiso de justicia con los más pobres. Hay otras teologías de la liberación que defienden la violencia, y no es admisible.

--Habla de acercarse a los pobres y a los enfermos. ¿Cómo materializará esa intención?

--Teniendo muy presente a los marginados y a los pobres para ayudarles. No será solo teoría, se irá concretando en acciones que habrá que estudiar con el equipo pastoral y siempre desde la lucha por la justicia.