Es posible ser cacereño, vivir en Cáceres, ser empresario, crear una franquicia y... tener éxito. Todas esas condiciones se dan en David Izquierdo Pérez, que en septiembre pasado abrió en la avenida Primo de Rivera D’Miga, que además de vender pan ofrece una gran variedad de bollería y dulcería y que incluye una cafetería que está arrasando entre el público de la capital. Tal es el éxito que el empresario, tras asociarse con Casimiro Rodríguez, ha abierto dos nuevos D’Miga, uno en el número 23 de la calle San Antón (frente a la nueva sucursal de La Caixa) y en Antonio Hurtado, pegando a Mostazo.

Los tres nuevos negocios suman 10 puestos de trabajo y una inversión de 25.000 euros. Las expectativas son positivas. «Para tener una franquicia es necesario conocer bien el negocio que quieres franquiciar», explica el responsable.

David Izquierdo es un ejemplo de la nueva corriente de empresarios cacereños que están apostando por la franquicia como vía de expansión y por ello han adaptado sus modelos de negocio a un formato con menos metros cuadrados y pensado en ubicaciones de proximidad. Durante la crisis, empresas como D’Miga han ganado cuota de mercado y están proliferando sobre todo en las ciudades para acercar al consumidor las ofertas y ventajas (precios, horarios, etcétera). Izquierdo es también un buen ejemplo del perfil del nuevo franquiciador: potenciar el valor de la marca, conseguir los precios más ventajosos y competitivos, y diseñar productos atractivos, entre ellos, por ejemplo, la tortilla de patatas, plato tradicional por excelencia en España pero que en D’Miga tiene un sabor tan especial que es todo un regalo para el paladar.