A poco más de 24 horas de que se ejecute el desalojo del Gran Café para hacer cumplir una sentencia que obliga a la sociedad que explota el negocio a devolver el local a su dueño, el futuro de los 14 trabajadores de la plantilla y del uso que se le dará al establecimiento tras el cierre sigue siendo una incógnita.

Tras abrir por última vez el pasado domingo, ayer comenzó la recogida de enseres por orden de Inversiones Hosteleras Cacereñas, sociedad que ha gestionado el histórico negocio, abierto hace 27 años en San Pedro de Alcántara. Fuentes de esta firma indicaron que mañana entregarán las llaves a la comisión judicial que irá al local y añadieron que "están a la espera de las instrucciones de su departamento jurídico" para resolver la situación de los empleados que, con una media de 15 años de antigüedad, ayer aún no habían recibido comunicación oficial sobre la resolución de contratos.

La Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego de UGT calculó que las indemnizaciones por "despido improcedente" pueden rondar los 500.000 euros debido a la larga vinculación de los trabajadores con el Gran Café que supera, en algunos casos, los 25 años. El sindicato confirmó ayer su decisión de demandar ante la Dirección General de Trabajo a la sociedad que ha gestionado el negocio. Representantes sindicales mantuvieron también contactos con los trabajadores, aunque las medidas no se tomarán hasta que mañana se produzca el cierre.

SIN RESOLVER En cuanto al futuro uso que podría tener el local, responsables de Sogetebex, sociedad propietaria de la finca que ha litigado con Inversiones, aseguraron que aún no han tomado ninguna decisión y reconocieron que ya se han interesado por él, aunque negaron un acuerdo con empresarios chinos para una nueva gestión.