Gabi Flores llegó a Cáceres hace 7 años procedente de Bolivia, sola y con el objetivo de ganar dinero para mejorar su situación económica y la de su familia. De sus primeros años en la ciudad recuerda que muchas cosas le hicieron sentirse una extraña, a pesar de que en su caso al menos la lengua no suponía una barrera. "Somos tan parecidos y tan diferentes a la vez", recuerda. "Venir a España supuso un cambio radical para mí porque cambió todo, las costumbres, la comida y el carácter de la gente".

Ella fue una de las primeras bolivianas que llegó a la ciudad "y ahora sirvo de puente para otros compatriotas que quieren venir, les asesoro y les ayudo con los papeles", explica.

Tras trabajar durante varios años como asistenta del hogar, ahora regenta un locutorio. "Tengo mi propio negocio", afirma orgullosa, no tanto por el negocio en sí como por las posibilidades que este establecimiento le ofrece. "Para muchos el locutorio es una primera toma de contacto y desde allí yo hago lo que puedo, incluso buscarles trabajo ", afirma.

Respecto a la guía que se presentó ayer, Flores cree que "es un paso importante --afirma-- aunque más importante es que se incremente la coordinación y se unifiquen esfuerzos", reclama.