Las pintadas callejeras, conocidas por su denominación italiana graffiti , no son sólo un problema estético, sino económico. El ayuntamiento y la empresa concesionaria del servicio de limpiezas, Conyser, gastaron el año pasado 115.440 euros (casi 20 millones de pesetas), según datos de Conyser, en eliminar un ínfimo porcentaje de estas pintadas, que son difíciles de cuantificar pero que adornan cientos de fachadas, escaparates y mobiliario urbano de toda la ciudad.

Las operaciones antigraffiti se triplicaron el año pasado respecto al anterior, de 560 actuaciones de limpieza llevadas a cabo en el 2003 se pasó a 1.560 en el 2004. Como consecuencia, también se triplicó el gasto del servicio, que pasó de 38.440 euros en el 2003, a los 115.440 euros del año pasado. Limpiar un grafito cuesta de media 74 euros. Dependiendo de la dimensión del dibujo y los productos utilizados, el coste puede oscilar entre los 30 y los 1.500 euros.

OPERACIONES A DIARIO El mayor esfuerzo económico realizado en el último año es apenas apreciable por la rapidez de los graffiteros en volver a actuar. Conyser no da abasto. "Hace 15 días limpiamos toda la zona de la plaza de la Concepción y ya hay que volver a actuar allí", lamenta el director de Operaciones de Conyser, Jesús María Morán. "Es a diario", añade.

De hecho, un paseo por la calle Pintores o San Pedro da idea de la dimensión dañina y antiestética que ha adquirido esta práctica vandálica. Precisamente, desde todos los colectivos sociales de la ciudad se valoran los graffiti como una de las dos asignaturas pendientes que tiene Cáceres para dar una imagen realmente de ciudad limpia --el otro son los excrementos de perros--, según el sondeo publicado por este diario el domingo a raíz de la concesión a Conyser del galardón nacional Escoba de plata .

Tal es así, que el colectivo de comerciantes del entorno de la plaza Mayor, indignados, han decidido personarse como acusación particular en el proceso judicial que se sigue contra dos jóvenes detenidos por esta causa en noviembre del año pasado. En total, en el 2004 fueron sorprendidos in fraganti por la policía local 23 graffiteros , tres veces más que en el 2003, en el que se interceptaron sólo a siete mientras realizaban las pintadas.

El responsable de la Oficina de Rehabilitación del ayuntamiento, José Luis Sánchez de la Calle confirma que la gravedad de la situación en el casco histórico es permanente desde hace años.

Sánchez de la Calle elaboró en el 2003 un minucioso estudio-denuncia sobre la creciente problemática de los graffiti en la parte antigua cacereña, una problemática que lejos de solucionarse se ha intensificado.

La calle Camberos es una de ellas y la sede del Colegio de Notarios o el nuevo edificio de apartamentos rehabilitado por el estudio Trancón son algunas de sus repetidas víctimas. "Una semana sí y otra no, nos pintan la fachada. Las puertas están aguantado un poco más desde la última vez que nos las pintaron", explica una oficial del colegio profesional, que ha ampliado recientemente la sede con un inmueble anexo en el que ya han dejado su firma los graffiteros . La fachada conserva las cicatrices de las reiteradas limpiezas.

PROCESO DE LIMPIEZA El coste de la eliminación de las pintadas lo asume totalmente el ayuntamiento o Conyser. Los afectados por este tipo de actos vandálicos deben ponerse en contacto previamente con el ayuntamiento, desde el que se encargará la limpieza a Conyser. La empresa atiende directamente la demanda de los comerciantes.

Conyser cuenta con dos operarios especialistas en estas tareas de limpieza y un equipo de alta presión. Se trabaja con diferentes productos, como silicato de alumina, decapantes o disolventes. Las fachadas en las que la limpieza puede suponer un grave perjuicio, deben pintarse.