Las familias gitanas de Aldea Moret pusieron ayer por la mañana punto y final a su protesta por la demora en la entrega de las viviendas sociales vacías que hay en el barrio y, como habían construido el día antes las chabolas frente a la calle Juan García García, las derribaron sin incidentes. Tras una entrevista con la concejala de Asuntos Sociales, Basilia Pizarro, las familias dieron un plazo hasta diciembre para que se resuelva el proceso abierto de readjudicación de estos pisos. Adviertieron, eso sí, de que si se demora, "volveremos a levantar las chabolas".

Las familias denuncian el hacinamiento en el que viven un centenar de ellas desde hace siete meses. Todas ocupaban antes de forma ilegal estas viviendas ahora vacías, pero las entregaron ante el temor de ser desahuciados a la fuerza por la Agencia de la Vivienda, tras desalojar ésta en marzo a nueve inquilinos.

Un día han estado en pie estas chozas. La policía local se personó ayer por la mañana en el asentamiento chabolista para invitarles a demoler las barracas con el compromiso de que la responsable municipal de Asuntos Sociales les recibiría. A las diez y media de la mañana las chabolas ya eran un amasijo de tablas, cartones y plásticos.

EL DIALOGO Basilia Pizarro recibió a las 12.15 a una representación de las familias en su despacho para tranquilizarlas e informarles del proceso que se sigue para la adjudicación de los pisos. Tras el encuentro, tanto la edil como los afectados se mostraron relativamente satisfechos.

Los gitanos acordaron esperar a que salgan las listas de adjudicatarios y desistir de su movilización, pero pusieron como tope diciembre o enero para que se concluyan los trámites. "Nos fiamos de la palabra de esta señora, pero si pasa diciembre y no tenemos una solución, es de razón que volvamos a levantar las chabolas para nuestros hijos", declaró Antonio Molina al finalizar la reunión. José Vargas expresó, por su parte, su satisfacción por el acuerdo alcanzado para que se agilicen los trámites todo lo posible. "Nosotros no queremos problemas; queremos hacer las cosas por las buenas", afirmó.

Pizarro reconoció la existencia de hacinamiento en muchos casos, como denuncian las familias, pero que "más prisa de la que nos estamos dando, no nos podemos dar". Aseguró que estas familias tendrán el mismo derecho, ni más ni menos, que el resto de los solicitantes. "Estaban nerviosos por la urgencia que tienen. Sólo les he explicado que es un proceso largo y complicado, que también depende de la Junta, por lo que les he pedido que esperen", concluyó.