La aparición de nuevos partidos ha revolucionado la vida política española y Cáceres no podía ser menos. Parece que algunos aún no se han adaptado a la nueva situación y siguen instalados en la prepotencia y el autoritarismo. Todo el mundo sabe que el PP no tiene mayoría absoluta en el ayuntamiento de Cáceres. Bueno, a juzgar por su manera de actuar, todo el mundo excepto el PP.

En el año que llevamos de legislatura ha sufrido varios revolcones por parte de la oposición que, aunque la mayoría de las veces han sido en temas de poca importancia, pone de manifiesto la escasa inclinación del partido gobernante a consensuar sus decisiones. El PP cacereño no tiene cultura pactista y parece que solamente se encuentra cómodo con las mayorías absolutas pues nunca se ha visto necesitado de pactar para poder gobernar.

Es más, las veces que no han conseguido mayorías absolutas han penado en la oposición y se han quedado sin gobernar al no poder atraer a su lado a ningún partido. La situación actual probablemente les ha confundido pues si bien parece imposible una moción de censura que les derroque, dados los vetos de Ciudadanos a Podemos por razones electoralistas, eso no quiere decir que no se sientan inclinados a ver arrodillado al gobierno del PP en algunos casos y sientan una especial alegría al verlos derrotados.

Y todo esto sucede en una legislatura en la que no hay grandes cuestiones de importancia, sabrosas concesiones, planes de urbanismo, etc, por lo cual parece que los pactos deberían ser más fáciles de alcanzar. Por otra parte, si hay concejales con experiencia municipal están en el PP, de manera que ya deberían saber cómo bandearse en estas circunstancias pues es notorio que cualquier gobierno tiene muchos caramelos con los que contentar a la oposición, incluso engatusarla, y atraerla a una mesa en la que discutir y acordar pero para eso es necesario tener actitud y aptitud. Y de eso hay poco en el gobierno del PP.