El remanente que queda al cierre de cada ejercicio en la tesorería municipal para gastos generales es un indicador de la situación económica del consistorio. Desde el cierre de los presupuestos del 2004 el resultado es negativo, situación que no se revertirá hasta la liquidación de la cuenta del 2011, según los cálculos del concejal de Economía, Lorenzo de la Calle. Este remanente es la diferencia entre lo que le deben al ayuntamiento (ingresos pendientes de cobro) y la deuda que tiene reconocida. A la cantidad que se obtenga hay que restar lo que haya en tesorería con financiación afectada. El resultado es el remanente que quedaría para gastos generales.

Hasta el jueves el pleno de la corporación no aprobó las cuentas del 2008, se habían presentado hace más de un año, pero no tenían votos suficientes debido a que PP e IU no estaban de acuerdo. El PP modificó su voto el jueves y se aprobaron con el ´sí´ del gobierno (PSOE-FC) y el PP. Esto permitirá, además de que se fiscalicen por el Tribunal de Cuentas, que se presente la liquidación del ejercicio del 2009.

En el cierre del 2009, el remanente de tesorería será negativo, se calcula en -2,2 millones, pero el objetivo es "que se haya recortado en un 50%", precisó De la Calle, en comparación con el obtenido al cierre del 2007, año de inicio de legislatura en el que estaba en -4,4 millones de euros.

Para conseguir un remanente positivo al cierre del 2011, De la Calle recordó que se necesita un ingreso "sostenible y permanente", por lo que "el recurso fundamental" es el IBI, cuya recaudación se ha aumentado "gracias al trabajo de sacar a la luz" inmuebles por los que no se tributaba.

Otra medida es seguir con el ajuste de costes con el plan de austeridad del gasto que se aplica desde el presupuesto de 2008. La otra acción es un plan financiero cuatrienal para disposición de fondos, evitar los desajustes y la tardanza en el pago (en octubre había 26 millones de deuda reconocida pendiente de pagar).

El concejal recordó que uno de los objetivos hasta ahora ha sido acabar con la deuda no reconocida, al margen del presupuesto, anterior al ejercicio del 2008 (a esta deuda se sumaron luego las sentencias por expropiaciones por nueve millones).

A este débito no reconocido y a las expropiaciones han ido los 30 millones de la operación de crédito que ahora se tendrá que abonar con el canon del agua. Parte del crédito (unos 7,5 millones, en enero se paga la tercera cuota) se ha amortizado. Este excedente del canon irá a un plan de pago para deuda reconocida.