Todo el mundo esperaba una gran marea de bicicletas y las previsiones se cumplieron con creces. Más de 5.000 ciclistas tomaron ayer las calles de la capital cacereña desde las 10.00 de la mañana para demostrar que el deporte de las dos ruedas se encuentra más vivo que nunca. Más aún cuando se puede practicar en familia y en un día para honrarlo. Cáceres acogió ayer la XXXVIII Edición de la Fiesta de la Bicicleta, que cuenta con el patrocinio de El Periódico Extremadura y que transcurrió en una jornada tan alegre como colorida y festiva.

«Por un día que podemos coger la bicicleta sin que haya coches por la carretera...», explicó Sara, que acudía a la cita junto a su prima y a su padre. «Vengo con la familia. Mi hija Clara tiene dos años y ha venido los dos», dijo Emilio, otro de los corredores. Lo importante ayer era huir de la competitividad y disfrutar del ciclismo. Y hubo quien lo hizo disfrazado de romano, de payaso o hasta con una equipación del Betis.

«Vienen los padres con sus hijos, cada uno con su bici, y es un día para disfrutar y para compartir. Los deportes que se comparten son los que, al final, enganchan a los niños», razonó Elena Nevado, que no quiso perderse la salida en Cánovas. Tras dos horas y algo más de diez kilómetros, el pelotón llegó al centro comercial Ruta de la Plata, donde se sortearon distintos regalos entre todos los participantes. Además, salvo algún inoportuno pinchazo o algún choque sin consecuencias, la jornada transcurrió sin incidentes. Cáceres ya espera la edición del 2017.