Más de mil millones de litros de agua se llegaron a desembalsar en el Guadiloba desde las tres de la tarde del martes hasta la una de la mañana de ayer. En el último mes se han abierto las compuertas en, al menos, una decena de veces y se han vertido unos veinte hectómetros cúbicos, que es la capacidad que tiene el pantano cacereño. Según fuentes del ayuntamiento, en el desembalse del pasado martes salieron entre 1.200 y 1.300 millones de litros.

Este último desembalse se inició a las tres de la tarde del pasado martes con la apertura de un cuarto de una de las seis compuertas que tiene la presa. A las ocho de la tarde se abrió media compuerta y a las nueve ya se abrió entera hasta aproximadamente la una de la mañana de la noche del martes al miércoles.

A primera hora de la tarde de ayer no estaba previsto que hubiese que aliviar agua durante la tarde y la noche. Se está desembalsando agua en el Guadiloba desde el 5 de noviembre.

DENTRO DEL LIMITE LEGAL Los análisis de agua efectuados en noviembre dan unos niveles de trihalometanos que están dentro de lo marcado por la legislación, aunque en uno de estos muestreos, realizado en la zona de Cabezarrubia, se llega a 146 microgramos/litro cuando el máximo legal para garantizar que no tiene una incidencia en la salud es de 150. Los otros dos muestreos encargados por Canal de Isabel II durante noviembre dieron 120 y 85 microgramos/litro.

El máximo legal se rebajará en el 2009 a 100, y el consistorio proyecta cambiar el tratamiento del agua para que los actuales resultados sean más bajos. Los trihalometanos son sustancias químicas que aparecen en el agua al tratarla con elementos como el cloro o el flúor.