Su última actuación fue el martes, en la calle General Margallo. Esta vez no fue originado por un brasero, pero sí por un descuido. Una mujer de 94 años que se encontraba cocinando pijotas en la cocina dejó la sartén al fuego y, sin darse cuenta, comenzó a arder. "En esta temporada tenemos muchas salidas por descuidos con los braseros, sobre todo con gente mayor", indicó Félix Gárgolas, uno de los policías nacionales que asistió a la mujer de la calle Margallo. Gárgolas recuerda que la mayor parte de los fuegos por braseros son provocados por colocar ropa a su alrededor para que se seque antes. En 2013 crecieron en la provincia un 40% los fuegos originados por braseros en viviendas.

El descuido de la sartén del pasado martes quedó afortunadamente en un susto. Las llamas solo alcanzaron la campana de la cocina aunque el incendio generó mucho humo tóxico. Por suerte la mujer, en cuanto vio el fuego, se subió a casa de su vecina, en la planta de arriba.

Los primeros en llegar al lugar fueron cuatro policías (Gárgolas, Villar, Galo y Cerro). Dos de ellos subieron a la segunda planta para ayudar a bajar a la anciana y a su vecina y el resto accedió a la vivienda del incendio para intentar salvar al perro de la mujer. Afortunadamente el animal había salido corriendo al percatarse del humo. "Cogimos una bombona de butano llena que había en la puerta y la bajamos a la calle porque allí con el fuego corría peligro", indicó Félix Gárgolas. Después llegaron los bomberos, que absorbieron el humo de la vivienda. La mujer y tres de los policías tuvieron que tomar oxígeno por precaución ya que el humo era bastante tóxico.