Luis Guillermo M. B. llegó a España tan sólo ocho meses antes de su asesinato. Lo hizo con una carta de invitación de su propio hermano, J. E. M. B., de 38 años, quien ya residía en Cáceres con su mujer desde hace cinco años, según relató la mujer de este en declaraciones a este diario. Señala que nunca han tenido problemas con la policía y que conocieron a la familia argentina y a Horacio C. C. porque al principio vivieron en Casar, ahora lo hacen en Cáceres capital, y él empezó a trabajar en la empresa de pinturas de su madre y el marido de ésta.

La cuñada del fallecido lo describe como un hombre "alegre" y "cariñoso", sobre todo con sus hijos. "Era un padre excelente y sus hijos no es que lo quisieran, es que lo adoraban", apunta. También dice que se llevaba muy bien con sus hermanos. "Se querían mucho todos y la familia está muy unida, siempre están pendientes unos de otros". Luis Guillermo M. B. tenía aquí en Cáceres además de a su hermano y su familia, a su hija y su expareja sentimental. En Madrid, residen otros tres de sus hermanos y en Barcelona, una quinta. El vivía más en Madrid y a Cáceres acudía a visitar sobre todo a su hija.

El móvil del crimen sigue siendo una incógnita, aunque la investigación apunta a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas pero todavía no se ha confirmado y el caso sigue bajo secreto del sumario del juzgado número 1 que lo instruye.