El sistema se instaló por primera vez en la pista de la Cañada y funciona en algunos chalés privados, pero nunca se había incorporado a un espacio público. La empresa Prinsa instala desde ayer el microclima de la calle San Pedro de Alcántara, formado por 250 boquillas pulverizadoras situadas en las farolas, que podrán reducir la temperatura hasta 10 grados. "Arrojan agua micropulverizada que viene de la red general, pero el sistema completo solo gasta dos litros cada hora y le basta con 12 voltios", explica Raúl Salgado, administrador de Prinsa. Además, no emite ruidos ni moja, mancha o gotea, "tan solo se ve una neblina a la altura de los aparatos", señala. Cuesta 18.000 euros y funcionará de 10.00 a 22.00 horas, aproximadamente.