José Lancho heredó la carnicería de su padre. "Era mal estudiante" cuenta, "y acabé siendo carnicero, pero estoy encantado porque es un oficio que me gusta". José no nota un consumo distinto del habitual en estas fechas. "Hace años la gente solía comprar para el puente de Todos los Santos panceta o chuletas porque salían al campo y las asaban, pero ahora ya se hace eso casi cada fin de semana porque muchos tienen casas en el campo".

Lo que tiene claro José es que intentará que su hijo no siga sus pasos porque la situación de los negocios como el suyo es complicada. Según él, el problema es "que cada vez abren más centros comerciales en Cáceres y con una libertad de horarios enorme. A eso tendrían que ponerle límites".