Lleva dedicado casi media vida a la marroquinería en su taller de Malpartida de Plasencia. Manuel Vivas es la viva expresión de la tradición --cuarta generación de una familia de artesanos-- y ha logrado que sus productos lleguen a los escaparates de Madrid, Avila o Sevilla.

--¿Qué ha supuesto disponer de la sala de artesanía?

--Está funcionando estupendamente. Después de muchos años preocupados por la artesanía se ha encontrado la fórmula idónea y también porque hay personas de la asociación que lo saben llevar. Se está dando una oportunidad de comercializar los productos sin encarecer demasiado el precio.

--¿Cuál es el perfil del cliente?

--Es muy variopinto. Hay desde estudiantes a turistas y el público de Cáceres en general.

--¿Qué vienen buscando?

--Principalmente, un producto de calidad. En segundo lugar, un diseño, un producto exclusivo y también productos de la tierra.

--Se asocia artesano a caro...

--El producto artesano lleva una fabricación distinta de lo comercial, que trabaja en serie. Aunque sea un poco más caro es de mucha más calidad, algo que va diferenciando cada vez más nuestro trabajo.

--¿Cómo podrían ganar más mercado los artesanos?

--Todas las medidas que había que hacer están en marcha desde la asociación. Propondría que el modelo de sala que está funcionando tan bien en Cáceres se trasladara a otros puntos turísticos como Trujillo, Guadalupe y Mérida.

--¿Qué es lo que más vende?

--Nuestro artículo más típico lleva unos dibujos calados en la piel característicos del taller. Vendemos bolsos, cinturones y estamos introduciendo productos de decoración del hogar

--¿Cómo están sus precios?

--Intentamos adaptarlos lo máximo posible. Tengo llaveros desde 2,40 euros hasta un bolso de viaje de 190.