Periodista

La existencia de un teatro de principios del XIX en Cáceres ha sorprendido a más de uno. Pocos conocían que bajo el manto de viejos caserones situados entre la plaza de Canterías y la calle Peñas se escondían los restos de lo que fue, hace más de doscientos años, el primer teatro.

Aunque arquitectónicamente su valor pueda considerarse discutible, es obvio que este teatro forma parte del pasado de la ciudad, ya que, entre otras circunstancias, fue escenario de las primeras proyecciones de cine en los años veinte. Pero su desmantelamiento es parte de esa historia local menos agradecida. Situado en un área de expansión urbanística, fue sometido a un parcelamiento que enterró sus muros a casi dos generaciones de cacereños. Tras décadas en el corredor de la muerte, en los 90 se dio visto bueno a su ejecución.

Ahora se ha descubierto que el viejo Teatro Principal aún permanece vivo y deja entrever una ligera imagen de su antiguo esplendor. La herencia de aquellos cronistas e historiadores nos han dado la oportunidad de rescatar una parte del pasado a través de su obra, un trabajo que los cacereños deberíamos conocer y la Administración promocionar, para no caer en aquellos errores que nos hicieron tan insensibles hacia nuestra propia historia.