(Adiós Miguel Delibes, alma del castellano. Siempre nos quedará Señora de rojo sobre fondo gris , profunda y bella declaración de amor).

Anoche Cáceres homenajeó al cine y lo hizo, como siempre, en la gala San Pancracio (el dinero va a las oenegés Inti Rayni y Comité Ipiranga). Y es que Cáceres se vuelca con el cine, ha sido plató de grandes producciones y de la ciudad han salido destacadas figuras; una de ellas Valentín Javier García Fernández, fotógrafo, empresario teatral y productor de cine.

Valentín nació en la calle José Antonio el 31 de enero de 1921. Su madre, Emilia Fernández Suárez, era de Talaván. Su padre, Javier García Téllez, inolvidable y prestigioso fotógrafo.

Fueron 6 hermanos. Valentín fue alumno de don Antonio Rubio en la Escuela de las Obras Pías de don Vicente Marrón. Sus amigos eran Joaquín Fernández Agúndez, Magdalena Bello, Carlos Masot, Antonio Morato, Rufino Murillo, Daniel Domínguez, Diego Crehuet...

El padre de Valentín era el fotógrafo por excelencia en aquel Cáceres del Jamec. Cuando Franco montó en el Palacio de los Golfines su residencia militar mandó llamar a Javier para que lo fotografiara junto a los miembros de su gabinete.

Valentín tenía 15 años y acompañó a su padre a ese acto que en Cáceres se vivió como un acontecimiento. Del patriarca heredó la pasión fotográfica, así que un día marchó a Madrid con su hermano Javier --al que mataron en la contienda-- para perfeccionarse en la casa Kodak. Al regresar a Cáceres comenzó a llevar a su estudio a las grandes estrellas que actuaban en el Gran Teatro. Pero él quería más y en 1942, y sin más equipaje que una Leika , se fue a la capital.

Allí, de la mano del periodista cacereño Leocadio Mejías, se abrió camino hasta trabajar de foto fija en La dama de armiño , de Eusebio Fernández.

Valentín conoció a Ana Mariscal, la princesa del cine español de los años 50, durante el rodaje en los Picos de Europa de Un hombre va por el camino . En 1954 se casaron, tuvieron un hijo, David, y vivieron un amor de cine. La pareja aportó a la filmografía inolvidables trabajos, como Segundo López, aventurero urbano , película neorrealista, considerada una de las más importantes de la cinematografía española e inspirada en Severiano Población, conocido personaje popular cacereño.

La película, producida por Valentín y dirigida por Ana Mariscal, cuenta las peripecias de Segundo López, cuarentón que liquida el modesto negocio heredado de su madre y emprende en Madrid una aventura plagada de tipismo.

Ana murió en 1995. En el camino muchos amigos: Fernán Gómez, Paco Rabal, Amparo Rivelles... Valentín sigue en Madrid (ha sufrido una caída y anda pachucho). Parte de su corazón está en Cáceres, donde conserva el piso familiar de Pintores. En la casa, recuerdos y fotos: Ana y Valentín junto a sus padres y hermanos, Ana en La Montaña, Ana recién casada...

Mujeres

Grandes superficies da título a la última novela de Pilar Galán, hija de Alfonso y de Carmina, que daban clase en Navalmoral. Pilar es una profesora de Secundaria con la destreza de convertir las palabras en placer. La presentación de su libro, a cargo de José Ramón Alonso de la Torre en el Instituto Hernández Pacheco reunió el jueves a mucho público (estaban María José Casado, Emilia Guijarro, bueno y ¡hasta Felipe Vela!).

Lo mejor de Grandes superficies es que es una historia tierna y de esperanza, con mucho de humor y poco de lirismo, porque cada vez que Pilar se ha acercado al lirismo la ha jodido. Por ejemplo, una vez, cuando ella daba clase en Alcuéscar tuvieron que ingresar a su padre, muy grave, en el hospital, donde curiosamente compartía habitación con un señor de Alcuéscar.

Advirtió entonces Pilar a Alfonso: "Papá, no se te ocurra decirle a este hombre que estoy dando clase en Alcuéscar". Una noche que Pilar acompañó a su padre, éste empezó a empeorar; un tumulto de médicos ocupó la habitación. Alfonso, en ese momento íntimo, crucial, de extrema gravedad, agarró la mano de su hija: "Hija, despídeme de todos, diles que les quiero --susurraba--. Hija, por favor, dedícate a escribir y...". Y en un momento y sin reparar en las terribles consecuencias Alfonso espetó: "...Y olvídate para siempre de esos de Alcuéscar".

Entonces, cual bramido feroz, una voz salió del fondo de aquella habitación: "¡Ves, ya te dije yo que esa de las gafas tenía que ser la de Alcuéscar!". Y se acabó el lirismo.

Y es que Grandes superficies habla de lo cotidiano, de la cola del super, de mujeres con lorzas que llegados los 40 se enfrentan a un cambio de vida, y hasta del sms que a modo de endecasílabo un pollo le envió a Teresa anunciándole el final de su noviazgo: "Vete a tomar por culo, Teresa", decía.

En el Ateneo se entregó el viernes el premio Juanita Elguezábal, que convoca el ayuntamiento coincidiendo con el 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora. Lo recibió, merecidamente, la periodista de la COPE Angeles Luaces. Estaban Carmen Heras, Marcelina Elviro, Teresa Bravo, María José López y muchos compañeros de la prensa: Pepe Higuero, Charo López, Florencio Bañeza, Carmen Iglesias, Fátima Lozano, Fernando García Morales, José Luis Bermejo, Lola Luceño, Anabel Calado, Enrique Baltar...

Elguezábal fue una vasca afincada en Cáceres que en el XIX abrió el teatro Variedades y fundó el Principal. Ahora da nombre a un premio que destaca a las mujeres. Luaces, gallega de Ferrol, llegó a Cáceres hace 34 años y supo subirse a ese tren del periodismo al que solo montaban los hombres. Ha compaginado su profesión con su papel de hija, esposa y madre. Y siempre lo ha hecho con dedicación, dignidad y coherencia. Así que, Angeles, enhorabuena.

La Traviata celebra su décimo aniversario mientras Rosa María Sardá despide los San Pancracio. Entonces, en el piso de Pintores cual proyector de Súper 8, corren en rápida sucesión los recuerdos de aquel joven fotógrafo que durante un rodaje encontró a la princesa del cine español de los 50 y se quedó con ella para siempre, eternamente, como ese amor de Delibes que permanece más allá de la muerte.