Las cofradías no solo organizan procesiones una semana al año. Las cofradías, además de su creciente dimensión solidaria y religiosa, son auténticas guardianas de un antiguo, valioso y amplio patrimonio heredado desde el medievo, generación tras generación. Y esta importante función histórica, desconocida por muchos cacereños, es la que han pretendido difundir la Unión de Cofradías y la Diputación Provincial a través de una cuidada exposición que recoge los elementos más significativos del acervo artístico de las hermandades. Titulada Arte e Historia. Semana Santa Cacereña , será clausurada hoy (puede visitarse en el Museo Guayasamín de 11.00 a 14.00) tras dos semanas en las que ha recibido 3.000 visitas.

Incluye piezas de la imaginería más antigua de la ciudad junto a tallas recientes de valor artístico, documentos históricos, trabajos de orfebrería, complementos ornamentales, estandartes, pendones, medallas y curiosidades diversas hasta un total de sesenta elementos. "Hay tallas ocultas al gran público que aquí pueden verse con detenimiento, o detalles de un paso generalmente difíciles de apreciar que ahora sí son visibles", explica el presidente de la unión cofrade, Juan Narciso García-Plata.

Por ejemplo se muestran las tres varas de mayordomo más antiguas de Cáceres, que recorren las calles empedradas desde hace varios siglos: Nazareno, Soledad y Veracruz, ésta incluso de principios del XIV. También imágenes de la valía del Cristo de los Estudiantes, del taller de Gregorio Fernández (XVI-XVII), el vetusto Cristo de las Indulgencias (XV) o tallas de la tradición del Cristo de la Salud (XVI), Cristo del Amparo (XVII) y Cristo del Peral, con una singular posición que deja al descubierto un torso de anatomía lograda que no se expone habitualmente al público.

Bulas, libros, tallas...

También puede contemplarse un misal de la hermandad del Amparo del XVII, las bulas pontificias de Gregorio XIII y Pío VII concedidas al Nazareno, las bulas a los Santos Mártires (XVI y XVII), un libro de cuentas de finales de XVI que refleja el asiento de 300 reales para encargar la imagen del Nazareno a Tomás de la Huerta, y un sin fin de elementos procesionales: el incensario y la esquila del Cristo Negro, las coronas de la Misericordia, la Caridad y la Esperanza, un bello cristo guía (XVII) de la Expiración, las tallas marianas de la Virgen de Gracia y María Corredentora, la simbólica cruz procesional de carey y plata del Nazareno (XVIII), o la curiosa vara de mayordomo del Humilladero con cabezal de plata (XVII).

"Lo que aquí se expone es solo una referencia del patrimonio que las cofradías custodian. Faltan muchas imágenes y elementos que por diversos motivos --restauraciones, cultos, dificultades de montaje...-- no pueden incluirse. En cualquier caso, la muestra es un buen ejemplo del compromiso de las hermandades por mantener parte del legado cacereño con el esfuerzo y la responsabilidad que ello conlleva", señala el presidente, que recuerda que la exposición se ha organizado con la pretensión de llegar a todo tipo de público, "con creencia religiosa o sin ella", ya que constituye una parte sustancial "del rico tesoro que nuestra ciudad alberga".