El auge de la calle San Pedro de Alcántara se remonta a los años cuarenta, cuando Germán Alvarez de Sotomayor levantó allí el edificio de la Perra Gorda , el antiguo Instituto Nacional de Prevención (INP) que ahora aloja el servicio de la Seguridad Social. Se llamaba así, según explica el archivero municipal, Fernando Jiménez Berrocal, porque la gente tenía que pagar una perra gorda de las de entonces para hacerse con un seguro de enfermedad.

En aquella época la ciudad se extendía únicamente desde la antigua estación de ferrocarril situada en lo que hoy son Los Fratres y la casa de La Chicuela. En ese espacio solo había cuatro edificios emblemáticos: el hospital provincial, inaugurado en 1892; el asilo de ancianos, abierto en 1885; el Parador Carmen, del siglo XVIII; y la propia estación de ferrocarril, inaugurado de 1881. La apertura del INP le da otro aire a la capital cacereña y supone el punto de partida para el desarrollo de las calles cercanas al paseo de Cánovas.

El cine Astoria

Sin embargo, habrá que esperar hasta el año 67 para ver nacer, en esa misma calle el cine Astoria, aquel al que muchos llamaban el hermano mayor del Capitol a pesar de que es bastante posterior. Después de esto San Pedro de Alcántara comenzó a llenar sus locales con compañías de seguros y bancos, que hicieron crecer la parte de Cánovas, en la que únicamente existía el INP y el hospital provincial Virgen de la Montaña. Los bancos aprovecharon la época en auge de la ciudad y sobre todo la zona, un lugar privilegiado, algo que a día de hoy continúa igual.

Lo curioso es que la vía nunca ha sido peatonal, o al menos no existen documentos que lo certifiquen. Ahora puede ser la oportunidad de transformar por completo la historia de esta popular calle de Cáceres. Tan conocida que muchos se refieren a ella como el Serrano cacereño, y es que allí comenzaron poco a poco a instalarse tiendas de prestigio que vendían artículos contemporáneos de valor.

Darle otro aire eliminando los coches y construyendo un bulevar con un paseo central, nuevo mobiliario urbano y zonas verdes, supondría no solo cambiar esta zona, sino transformar el concepto que toda la ciudad tiene de las compras en el centro colapsadas por el tráfico. Será una manera de "madurar la gran manzana cacereña", concluyó Jiménez Berrocal.