La casa de José María Tovar y su mujer, María José Pérez, es especial. Ellos son padres de dos niñas, María José y Alicia, pero en casa viven también otras siete personas: Tomás, José, María del Carmen, Vanesa, Sole, Margarita y Maribel. Los siete son chicos con discapacidad psíquica cuya tutela corresponde a la Junta de Extremadura, pero en lugar de vivir en una residencia pública lo hacen en una vivienda tutelada de Nuevo Cáceres. Es la única en Extremadura para discapacitados psíquicos y tiene ya 15 años.

María José está especialmente satisfecha por la evolución de los chicos en estos años. "Ellos han sufrido mucho y no habían tenido nunca un hogar", explica. "El marco afectivo y social que han tenido estos años ha hecho que cambien 180 grados". María José recuerda que ver sus nombres en el buzón fue una fiesta para los chicos porque, por fin, "tenían una casa".

María José y su marido son educadores sociales y su trabajo, 24 horas al día y 365 días al año, consiste en atender las necesidades de los siete tíos con los que sus hijas se encontraron cuando llegaron al mundo. Para hacer compatibles la paternidad y la relación con los chicos, el matrimonio creó la figura de tíos y sobrinos. "Para mis hijas ellos son sus tíos y para ellos, mis hijas son sus sobrinas", dice José María. María José y Alicia, de 9 y 6 años, viven con naturalidad la situación. Estudian en Licenciados Reunidos y a las dos les gusta la educación física.

Responsabilidades

José María Tovar quiere resaltar el valor que tiene que una persona con una minusvalía y con una carencia afectiva pueda salir adelante en la vida. José, por ejemplo, aprobó hace tres años unas oposiciones de la Junta. Trabaja en la delegación de la Consejería de Sanidad y Dependencia como ordenanza y dice que en su trabajo "hace de todo". Todos tienen sus ocupaciones. Tomás, Vanesa, Sole y Maribel se desplazan cada día a sus talleres de costura. Tomás también hace de utilero con el equipo de balonmano Cáceres 2016. María del Carmen se dedica a las tareas de la casa y lo que más le gusta es la limpieza. Margarita trabaja como ordenanza en una residencia de ancianos. Todos colaboran en las tareas de la casa.

José María está convencido de que la verdadera integración es que estos chicos trabajen, siempre que sea posible, con personas sin discapacidad. El y su mujer están decididos a seguir con su proyecto "mientras el cuerpo aguante".