Fue el momento de mayor apuro para Horacio C. C. La presidenta del tribunal, María Félix Tena, le pidió que explicara las anotaciones que realizaba en un cuaderno intervenido por la policía en el registro en su domicilio de Casar de Cáceres. Con muchas dificultades, el acusado apenas pudo descifrar las iniciales que utilizaba, dijo, para llevar al día el material y los trabajos que, como pintor, realizaba con su suegro. En unos casos porque no los recordaba y en otros porque no supo explicarlos, el presunto homicida del Almonte solo logró exponer que utilizaba letras como unidades de medida para los botes de pintura o los encargos al escayolista. A pesar de su facilidad para expresarse, el argentino tuvo que disculparse en numerosas ocasiones ante el tribunal.