Abandonados. Así se sienten los hortelanos de la Ribera del Marco más afectados por los daños del desembalse de noviembre del 2006. La madrugada del día 5 se abrieron las seis compuertas de la presa del Guadiloba. El volumen de agua arrasó con los cultivos, los animales, las máquinas y parte de las construcciones de muchos de los hortelanos. Ocho de ellos se han unido para reclamar ayuda conjuntamente.

Desde antes de las elecciones, los afectados ya habían mantenido contactos con la actual alcaldesa, Carmen Heras. Habían recibido de ella el compromiso de "estudiar la situación y ayudarnos en la medida de lo posible" según palabras de Javier Corbacho, uno de los afectados. "Después de muchos intentos, el 4 de octubre pasado nos reunimos con la alcaldesa de nuevo", dice Corbacho.

En esa reunión le entregaron el informe pericial que valora los daños sufridos. Ogesa Ingeniería, Arquitectura y Consulting, una empresa de Badajoz, los ha cifrado en 581.000 euros. Los que menos han perdido, unos 30.000 euros. Los que más, hasta 120.000.

CANSADOS DE ESPERAR Pero los hortelanos han abierto otra vía para intentar conseguir una compensación. En esa reunión también le entregaron a la alcaldesa una copia de la demanda en la que reclaman por vía judicial la responsabilidad patrimonial del ayuntamiento por las consecuencias del desembalse. "Dijo que nos ofrecería una solución en un plazo no superior a un mes desde esa reunión", afirma Corbacho. Los hortelanos se comprometieron a tener paralizado el procedimiento judicial ese tiempo hasta que el consistorio les diera una respuesta.

Dos meses después de esa reunión "a primeros de diciembre" en palabras de Corbacho, "y ante la falta de respuesta, dirigimos a la alcaldesa un nuevo documento para recordarle que seguíamos en la misma situación". Desde entonces no ha habido respuesta.

"Lo que queremos ya es una respuesta inminente", dice Corbacho "que sea sí o no. Lo que no vamos a aceptar es largas. Si nos van a dar las ayudas, nosotros retiramos la demanda judicial. Si no nos las van a dar, aceleraremos en lo posible el procedimiento judicial".

Los afectados ya no quierenayuda humana, aunque la habríanagradecido. Sobre todo enlos primeros momentos. “Habíatrabajo para cien personas en cadaparcela”, dice Benito Quintanilla,otro afectado. “Pero ahoraya, el que más y el que menos, lotiene medio controlado”, añade.Quintanilla cuenta que han tenidoque sacar de su parcela muchosmetros cúbicos de piedrasarrastradas por el agua y quehan tenido que reponer tambiénmuchos metros cúbicos de tierravegetal, porque buena parte dela tierra se la llevó el agua. Hanpodido hacer muchos trabajosayudándose unos a otros. “Porquenos hemos visto solos”, concluyeQuintanilla.

LA DEPURADORA / Los hortelanostambién se quejan del funcionamientode la depuradora. “Muchastemporadas vertía el aguaigual que venía, sin depurar.Veíamos salir el agua sucia yoliendo mal”, dice Quintanilla.Otro problema es también quecuando se limpia la depuradora,los camiones que sacan los fangosvierten involuntariamenteparte de la carga en el camino.

“Lo hemos dicho, pero solo lohan limpiado una vez -afirmaQuintanilla-. Y es peligroso parael tráfico porque el camino estáresbaladizo. De hecho, hace pocose salió un camión. Pero tambiénes un peligro para los niñosque andan por aquí, porque esono es sólo materia orgánica, tienetambién productos químicos”.Al menos, una de sus reivindacionesha sido atendida. Unamáquina había estado limpiandoel cauce del río a finales denoviembre durante una semana.En opinión de los hortelanos, lostrabajos habían quedado a mediasporque seguía habiendo zonasen las que las cañas y la tierraacumulada estrechaban elcauce del río. Hace unos días,cuando este diario visitó la zona,una máquina y dos operarios estabanhaciendo trabajos de limpiezaen el cauce.