El Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres promueve medidas para controlar las visitas a los pacientes que permanecen ingresados en el centro. La responsable de Atención al Usuario del área de salud de Cáceres, Isabel Galán, acompañada de la subdirectora de gestión de esta misma área, Mónica Dávila, y de la subdirectora del área quirúrgica de este hospital, Avelina Plaza, detalla que el descontrol de visitas es una de las quejas que principalmente señalan los usuarios del Servicio Extremeño de Salud en las encuestas de satisfacción realizadas. Por ello, según recoge la agencia Europa Press, a partir de ahora, intentarán conseguir que sólo haya dos visitas simultáneas para cada paciente. Para ello, se ha creado una norma que se les entrega a los enfermos en el momento de su ingreso. Por un lado, una 'tarjeta de permanencia', que autoriza a un acompañante a quedarse junto al paciente las 24 horas del día (salvo de 9 a 13, horario reservado para tareas de asistencia y organización) y otra de 'visitante', que sólo se podrá utilizar de 16 a 20 horas, ya que el horario de visitas también se ha reducido, según explicó Galán. Estas medidas se enmarcan dentro de un proyecto de "concienciación ciudadana", que se difundirá a través de folletos, carteles y cordones que limitarán el acceso de los visitantes, para intentar que "se respete la intimidad del paciente" y evitar el "exceso" de personas circulando por las inmediaciones del hospital. Por el momento, esta idea "no será coercitiva", ya que un celador "invitará a los visitantes a que abandonen las habitaciones si fuera necesario", pero podría llegar a serlo si no se obtienen buenos resultados, tal y como ya ocurre en el hospital Infanta Cristina de Badajoz. Para llegar a buen fin, Galán apela "a la colaboración y a la sensibilidad" de los ciudadanos, para que comprendan que "esto es un centro de salud y debe procurarse una buena atención a los pacientes, con tranquilidad y seguridad". Entre los principales inconvenientes que se derivan de la masificación de las visitas, Galán destaca "la pérdida de intimidad, el aumento de infecciones, los ruidos, así como la imposibilidad de saber cuánta gente hay congregada en el hospital en caso de tener que desalojarlo por fuerza mayor".