El sector cacereño de la hostelería está concienciado con la necesidad de hacer un tratamiento selectivo de los residuos para no maltratar el medio ambiente. Lleva años mostrando su responsabilidad en este aspecto, según atestigua la propia empresa responsable de la recogida de los residuos urbanos, Conyser. «El hostelero cacereño en general recicla bastante bien. Es un sector que se exige cada vez más en este sentido, con mayores controles de calidad en su gestión», explica Jesús Morán, director de operaciones de la empresa. No es un gremio más. Se trata de la segunda actividad económica de la ciudad con 2.640 trabajadores afiliados y 500 negocios en activo, de ahí la importancia de su labor selectiva. Por ejemplo, en estos locales se utiliza el 40% de todo el vidrio.

En general, la población muestra una buena actitud al respecto. «Aunque Cáceres no alcanza todavía la media nacional, el reciclaje va bien, marcha despacio pero creciendo, que es lo más importante», detalla Jesús Morán. Algunos datos lo avalan: los cacereños recuperan 26,2 kilos de papel y cartón por habitante, muy por encima de la media nacional (15,5), y 12,2 kilos de envases, casi en el promedio del país (13,2). Y aunque en el caso del vidrio hay que hacer los deberes (solo se recuperan 7 kilos por habitante frente a los 16,2 de España), la hostelería sí recicla casi la totalidad de las botellas.

CON CALIDAD / Además, la población cacereña selecciona con bastante más calidad que la media española los residuos de envases de plástico, latas y briks. Lo dice Ecoembes, organización que realiza análisis periódicos. «El último estudio revela que un 12% de los residuos de los contenedores amarillos de Cáceres son impropios, es decir, no deberían estar allí, pero es un porcentaje inferior a la media nacional. Se permite una tolerancia de hasta el 30% de impropios, y en esta ciudad estamos por debajo de la mitad», explica Jesús Morán. El principal error que se comete es arrojar los papeles y las cajas de cartón que contienen los briks de leche al contenedor amarillo.

Por tanto, queda trabajo por hacer y la hostelería resulta crucial, ya que además siempre muestra una buena aceptación de las campañas, colabora y asume de buen grado las sugerencias de Conyser cuando hay que mejorar algún aspecto. De hecho, el ayuntamiento, Conyser y organizaciones como Ecoembes y Ecovidrio están poniendo en marcha nuevas iniciativas. La más novedosa es el sistema puerta a puerta que comenzará este mismo año en Cáceres para recoger el vidrio en los locales de hostelería, del mismo modo que se hace con el papel y el cartón en los comercios y otros negocios. Ya se está trabajando en ello. Habrá una encuesta y un primer sondeo para determinar los hosteleros que desean colaborar, que recibirán un contenedor específico. Los operarios de Conyser se lo llevarán cuando esté lleno y dejarán otro vacío, y así sucesivamente.

MÁS CONTENEDORES / «Además, vamos a aumentar el número de contenedores urbanos de vidrio en 60 unidades para que los establecimientos y los ciudadanos los tengan más cerca», precisa Jesús Morán Se trata de facilitar las cosas, porque la hostelería ya viene cumpliendo con el reciclaje de vidrio en porcentajes muy buenos. Algunos locales fueron dotados en una campaña anterior de contenedores con ganchos especiales para voltearlos en los iglúes. Otros tienen mayores dificultades al estar ubicados en la Ciudad Monumental y aledaños, ya que no existen contenedores, pero en estos casos dejan sus recipientes en las paradas habilitadas por Conyser «y nosotros los vaciamos», aclara Morán. La recogida puerta a puerta pondrá fin a estas situaciones y elevará el número de kilos de vidrio que los cacereños recuperan: 686.670 en 2017, frente a los 675.020 de 2016. Estos residuos se trasladan a una planta especial de Villafranca de los Barros.

También se acaba de poner en marcha otra campaña de reciclaje del ayuntamiento cacereño a través de un convenio firmado con la organización Ecoembes. Un total de 88 locales hosteleros se han sumado a esta iniciativa, que estimula el reciclaje y el cuidado del medio ambiente, ampliando el alcance de la recogida selectiva de residuos, concretamente de envases ligeros (contenedor amarillo), a empresas de la hostelería, la restauración y el catering de la ciudad.

RECIPIENTES A MEDIDA / Ecoembes ha puesto a disposición de estos locales, sin coste alguno, 24 recipientes de 50 litros de capacidad y otros 55 de 120 litros para que puedan tenerlos en su interior e ir separando los residuos en origen (envases, plásticos, latas y briks). Además, está colocando 17 nuevos contenedores de carga lateral en las calles con 3.200 litros de capacidad, situados en las proximidades de los establecimientos, con tapas más amplias para facilitar los vertidos. El convenio cuenta con cuatro fases, que van desde la identificación de las necesidades a la formación del personal, pasando por la identificación de los locales que se suman a la medida y una fase de seguimiento continuo.

En general, los cacereños (hogares, negocios...) reciclaron el pasado año 1,2 millones de kilos de envases, por encima de los 1,1 millones del año anterior. Conyser lleva estos residuos directamente al Ecoparque de la Junta de Extremadura (kilómetro 12 de la carretera de Badajoz), donde se realiza otra selección antes de su envío a distintos recuperadores.

Además del vidrio y los envases, otra iniciativa facilita desde hace años la retirada puerta a puerta de cartones en los negocios de la ciudad. Conyser tiene estipulado con ellos un horario de recogida. En el caso de la zona centro se realiza a diario, pero cualquier establecimiento puede solicitarlo y acordar una fecha y hora determinada. Además, los camiones de Conyser vacían periódicamente los contenedores urbanos de papel y cartón (azules), que fueron los únicos en bajar ligeramente su volumen el pasado año en Cáceres: 2.487.960 kilos recogidos frente a los 2.516.882 del ejercicio 2016. «Vamos a aumentar también estos contenedores, ya estamos haciendo un estudio para ello», revela Jesús Morán.

Pilas, aceite, ropa... Los negocios y los hogares cacereños se conciencian más cada año de la necesidad de seleccionar sus residuos. Por ejemplo, en 2017 aumentó notablemente la retirada de material voluminoso (de 2,9 millones de kilos a 3,3). Sumando todos los contenedores de la ciudad, el cubo de la basura de los cacereños superó el pasado año la barrera de los 40 millones de kilos, la mayoría (32,3 millones) procedentes de los contenedores de residuos orgánicos, donde además se arrojan otros restos sin seleccionar. Queda camino por recorrer, pero la conciencia del reciclaje va calando. Solo hay que practicarla... a diario.