Hace solo tres meses que comenzaron las obras del lujoso hotel Atrio Relais & Chateaux en la plaza de San Mateo, por lo que todavía no es ni intuible su futuro aspecto. Una lona con el logotipo de Cáceres 2016 y una muralla de madera protegen los trabajos iniciados hace tres meses por las constructoras Placonsa y Joca, unidas en esta ocasión para la ejecución del proyecto. Hasta el verano del 2009 no empezará a desvelarse el resultado final y hasta principios del 2010, posiblemente en primavera, no albergará sus primeros huéspedes, según las previsiones de sus promotores.

Las obras están en su última fase de demolición. En el interior ya es apreciable el derribo integral de cubiertas y muros. Solo el cascarón, la fachada, se mantiene intacto. Los dos edificios afectados por el proyecto, uno de la Junta (la antigua sede de los Servicios Económicos en la calle Condes y Olmos) y una casona propiedad de Atrio en la calle Ancha, han desaparecido convertidos en kilos de cascajos. Ambos tienen una protección únicamente ambiental, que afecta a fachadas y alturas, por su escaso valor histórico.

EXCAVACIONES La semana pasada comenzaron lOs primeros sondeos y excavaciones. Un arqueólogo de la Junta de Extremadura supervisa los trabajos por si se hallaran restos de algún tipo y los arquitectos del proyecto, los madrileños Luis Mansilla y Emilio Tuñón, visitan también esporádicamente las obras.

El ritmo de los trabajos es óptimo y, de momento, se van cumpliendo los plazos, según confirmó uno de sus promotores y copropietario del restaurante Atrio, José Polo, quien confesó estar tan "feliz como asustado" por la envergadura del proyecto.

Son 18 meses de ejecución, por lo que las obras podían concluir en otoño del 2009. Entre enero y marzo del 2010 deberá abrir sus puertas y para estas fechas Atrio tiene que haber justificado a la Junta el gasto de la subvención concedida a través de los incentivos industriales, que asciende a 718.320 euros.

El hotel supone una inversión de 5 millones euros. El restaurante, con dos estrellas Michelín, se trasladará al nuevo edificio. El futuro del local actual está sin decidir. "Me gustaría hacer una casa de comidas, pero aún no sabemos", explica Polo.