TLta versión de 'My way' ('A mi manera' ) en la voz de Frank Sinatra, el genio de la música del siglo XX, suena en el hilo musical del Restaurante Orellana del Hotel Extremadura mientras el maitre da los últimos retoques a la mesa en la que tomará asiento el que ha sido uno de los hombres más influyentes de Cáceres. A su llegada es inevitable recordar a Steve Jobs, presidente de Apple y accionista de Walt Disney: "Lo que separa a los emprendedores con éxito de los que no lo tienen es pura perseverancia". Desde luego que Valentín Pinilla es obstinado. Como él no nacen dos.

--¿Qué es tener poder?

--Hace 25 o 30 años tenía poder, pero ya se me ha olvidado. No conozco otro poder que la dedicación y la constancia.

--Pero usted ha sido el hombre más poderoso de Cáceres...

--Uy, eso no es verdad. Yo soy el que más ha trabajado por Cáceres.

--A ver, no me negará que ha sido un hombre influyente...

--He influido para trabajar, cuando los políticos te hacían caso, y se preocupaban de su trabajo sin cobrar. Ahora no. Desde que un día un político..., ¿lo puedo decir?

--Sí, claro...

--Pues mire. Desde que tenía 25 años mi costumbre era la de ir a ver a los políticos en su despacho a las nueve y cinco de la mañana, para no molestarles. Les esperaba para plantearles cualquier problema que pudiera surgir en nuestras empresas. Hasta que un día un alcalde me recibió muy amablemente. "Pasa, pasa Valentín", pero cuando termina ese minuto de entrevista... me sale a acompañar y me dice, "Mira Valentín cuando tengas que verme otra vez, pide hora y motivo para verme". Desde entonces no me gusta ir al ayuntamiento, porque las formalidades han hecho que se pierda esa agilidad y cercanía con los ciudadanos y empresarios. Por eso me gustaría que la administración facilitara de manera mucho más rápida y eficiente las gestiones a los emprendedores.

--Usted con 20 años ya lideraba la empresa de su padre. Ahora con 20 años eso no ocurre...

--Es que yo vine solo aquí, solo y sin padre. Es que mi padre se enterró por la mañana y por la noche me vine a Cáceres en el tren, que estábamos haciendo el Palacio de Justicia.

--¿Entonces qué ha pasado, que a las nuevas generaciones las hemos educado para estudiar pero no para trabajar?

--Es preocupante que algunos jóvenes no tengan aspiraciones suficientes y que también esta sociedad no esté dando respuesta a la lacra del paro juvenil. Ahora un gran número de jóvenes quieren ser funcionarios, pero a mi entender sin suficiente vocación. Le voy a contar una anécdota de cómo era el funcionariado hace 60 años. Cuando empezamos la colonia de Pinilla (600 viviendas), teníamos que cruzar una tubería de agua por la carretera de Monroy. Yo, con dos dedos, redacté una instancia, me fui a Obras Públicas y el jefe de Negociado hizo un gesto un poco raro y me dijo que no estaba bien, pero... puso la máquina, la volcó, metió un folio, el calco antiguo, otro folio, y me hizo la instancia. Y me dijo "firme aquí Valentín, que esto no está bien". Se quedó pensándolo un poquito más y aquel funcionario (que seguro que está en el cielo), me dijo: "El caso es que te voy a dar el permiso". Metió otro folio, otro calco, y me dio el permiso para cruzar la carretera de Monroy. Me gustaría saber: ¿ahora cuántos años serían necesarios para realizar este trámite?

--Usted ha sido uno de los creadores del nuevo urbanismo cacereño...

--Conté con personas muy valiosas para lograrlo. Ahora paseo por Cáceres y casi no conozco una calle que no tenga un edificio de Pinilla.

--¿Y con qué obra se queda?

--Hicimos un gran proyecto en Nuevo Cáceres. Levantamos el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, una obra de la que estamos muy orgullosos. Otros proyectos que recuerdo son la Casa Sindical o el Palacio de Justicia, que han estado de actualidad por sus escudos, que no son fáciles de retirar porque están construidos a conciencia. Sin entrar en cuestiones políticas, es indudable su valor artístico porque uno de ellos lo realizó Pérez Comendador.

--Pero, aclaremos, ¿usted está en contra de la dictadura?

--¡Y quién no!

--¿Derribar La Chicuela fue una mancha en su expediente?

--No lo veo así, porque fue una obra que contó con todos los permisos reglamentarios y licencias. Empezamos a comprar las casas que había alrededor para hacer una promoción de calidad. Buscamos a los arquitectos mejores que podían hacer esa obra, y Fernando Hernández Mancha fue el técnico elegido por su gran sensibilidad artística para llevar a cabo el proyecto. Creo que aquellos edificios originarios estaban en un estado lamentable. Insisto en que contó con todas las licencias necesarias, como todas las obras que hemos realizado.

--Usted hizo un barrio...

--Eso fue lo mejor de todo, un proyecto importantísimo en tiempos difíciles, ya que estamos hablando de 600 viviendas en renta limitada, donde la gente pudo vivir con 355 pesetas al mes como alquiler. Pasados 20 años los propios inquilinos pudieron comprar estas viviendas. Parece ser que los intentos de poner nombre a este barrio no han cuajado y todo el mundo le sigue llamando Pinilla.

--Usted ha dado trabajo a un montón de gente...

--Muchas personas han trabajado conmigo. Mi hermano Tomás, que ha fallecido, y yo fuimos socios hasta el 73. Normalmente solo en construcción había entre 300 y 400 nóminas al mes.

--Dicen que no se puede hacer dinero si uno tiene sensibilidad...

--Por eso no tengo dinero, porque tengo mucha sensibilidad.

--¿Y qué es tener sensibilidad?

--Hacer el bien social. Que todos los trabajadores tengan sus casas, que estén dados de alta en la Seguridad Social. El empresario que no se preocupa por el bienestar de sus trabajadores no es un empresario. Empresario era mi padre ¿Por qué a mi padre le encargaron el 50% de los accesos a Madrid y por qué le encargaron la ordenación de la plaza de Oriente de Madrid o la autopista Madrid-Barajas?. Es que la gente piensa que yo he venido aquí desnudo, y no señor, yo he venido aquí con mi capital y el de mi padre y me quedé aquí por culpa de una cacereña.

--¿Cual ha sido el mejor alcalde/alcaldesa de Cáceres?

--Guardo de todos buen recuerdo, pero querría citar a Alfonso Díaz de Bustamante, que hizo grandes cosas por Cáceres. Me dio mucha pena porque el día que llegaron los Reyes a Cáceres, cuatro descontentos aprovecharon la ocasión para silbarle, entonces le vi entrar al despacho con lágrimas.

--¿Quién tuvo la culpa de la burbuja inmobiliaria, Aznar?

--Yo creo que no fue de Aznar la culpa. Quizá fue de los organismos, de estas grandes empresas que se crearon a la sombra de la burbuja inmobiliaria. ¿Porque los bancos y las cajas de ahorro qué han hecho?, prestar el dinero que no tenían que prestar a amigos y a proyectos sin ninguna viabilidad.

--¿Qué opinión le merecen las fuerzas políticas emergentes?

--¿De donde salen esas fuerzas? Pues del descontento. De todas maneras alguien tendrá que ocuparse de clarificar esto un poquito. Lo que no puede ser es que aprovechando el exceso de confianza de los honrados, este país se haya convertido en un lugar donde tenga cabida tanto ladronicio y corrupción. Es normal tanta indignación, pienso en lo mucho que se ha despilfarrado. ¿Cómo es posible que tengamos más aeropuertos, muchos de ellos sin uso, que en Alemania, y más palacios de congresos infrautilizados que en la mayoría de los países de nuestro entorno?

--¿Y qué han hecho las fuerzas políticas tradicionales por Extremadura?

--Lo importante no es lo que hayan hecho sino lo que falta por hacer en Extremadura para que esta región no se quede atrás. Tener un tren de calidad, un aeródromo para Cáceres. A excepción de uno, todos los presidentes autonómicos me han recibido para comentar sobre preocupaciones y problemas, que son el día a día del empresario. Quizás sea por deferencia a mi edad, aún cuando hayamos tenido puntos de vista diferentes.