La lista de deficiencias suele ser larga y coincidente en la mayoría de los casos: humedades, fisuras, suelos de mala calidad, aislamiento acústico insuficiente, impermeabilizaciones defectuosas de patios y terrazas, escaleras pequeñas... Recurrir a la vía judicial es la única esperanza que tienen las comunidades de que las constructoras asuman los desperfectos. Muchas los han conseguido, aunque el proceso es largo y costoso.

La comunidad de propietarios del número 16 de la avenida Pierre de Coubertain y el 15 de la calle Oaxaca (Nuevo Cáceres) consiguieron una indemnización de 454.459 euros, que ya han recibido, aunque eso sólo correspondía a la mitad del importe de reparación.

La sentencia condenatoria de este caso --del 2001--, contra Inmobiliaria Tovasan (Pinilla), está recurrida ante el Supremo. De confirmarse el fallo judicial, esta empresa debería reparar o abonar esa misma cuantía. La comunidad reclamó por múltiples deficiencias en todo el edificio: fisuración del solado de las viviendas y zonas comunes, fisuras generalizadas del edificio, graves humedades y filtraciones en garajes, cubiertas y terrazas e incumplimiento del aislamiento acústico en los tabiques.