Está llena de magulladuras, le duele todo el cuerpo y desde ayer no puede parar de llorar. Noelia Minguez, encargada de la tradicional Pastelería Isa de la plaza Mayor, se ha llevado un susto mayúsculo. Eran las 20.30 horas cuando paseaba junto a un amigo por las inmediaciones de su negocio, que suele cerrar los domingos por la tarde. Ese día se acordó que tenía que pasar por la tienda. Recogió lo olvidado y al cerrar la puerta y girar hacia la calle Andrada no se dio cuenta de la presencia de un joven de algo más de 30 años hasta que se abalanzó sobre ella con la intención de robarle el bolso.

«Iba drogado perdido. Me tiró al suelo y me fue arrastrando dos o tres metros. Yo llevaba el bolso sujeto por el codo y él no me lo pudo quitar, pero en esos minutos interminables sufrí rozaduras, quemaduras por el brazo y la rodilla, contusiones en el costado... De los golpes que me dio hubo un momento en el que me dejó sin respiración», relata Noelia todavía presa del nerviosismo.

El agresor también cayó al suelo ante el forcejeo, pero rápidamente salió a correr. «Mi amigo fue tras él calle arriba y yo, al ver a los camareros de Los Portales y Los Arcos, que son muy buenos amigos, les dije: ‘cogedlo, cogedlo’, y cerca de la tetería consiguieron reternerlo. Como pude me levanté, iba sangrando, fui hacia allí y cuando llegué ya estaban en la zona dos policías locales, que lo tenían esposado. Aún así y pese a que los agentes lo agarraban, se me seguía tirando encima diciéndome: «¡Oye, que yo solo la quería llamar guapa!».

Noelia explica que sus compañeros le dieron una tila para que se calmara. «Se formó un escándalo terrible porque en la plaza me conoce todo el mundo. Llamaron a una ambulancia, pero tardaba en llegar y como uno de los policías es primo de mi madre, fueron ellos los que me llevaron al hospital Virgen de la Montaña. Allí me curaron las heridas, comprobaron que no se me había roto nada, pero tenía muchas contusiones y me mandaron pastillas antinflamatorias».

Miedo

Noelia vive estos días «con mucho miedo. Eran las ocho y media, en plena plaza Mayor y acompañada por un amigo como iba, es que ya entonces no te puedes fiar de nadie», cuenta con el susto en el cuerpo.

Fuentes de la policía local confirmaron que fueron dos agentes del turno de tarde los que esposaron al presunto autor, después de que los camareros de Los Portales lo hubieran logrado retener hasta su llegada. Al parecer se trata de una persona toxicómana, indican las mismas fuentes. Fue trasladado a comisaría por un intento de robo con violencia aunque quedó en libertad con cargos a la espera de juicio rápido.

En este sentido, el presidente de la Asociación de Vecinos Ciudad Monumental, Juan Manuel Honrado, siguió insistiendo ayer en la necesidad de que se potencien las medidas de seguridad en todo el centro histórico. «Hemos oído hablar de este caso del intento de robo, de otro en la zona de una multitienda de San Blas, no sabemos si tienen relación con la gente de Santiago, que se dedica al menudeo de drogas y que atrae a toxicómanos al barrio. Es necesario impulsar un plan para que este asunto se solucione», insistió Honrado.

Noelia Minguez trata de recuperarse y ya ha vuelto al negocio, de los pocos de Cáceres que tienen a sus espaldas tres generaciones familiares llevando el timón de la pastelería más antigua de la ciudad. El secreto de Noelia es su simpatía y saber estar, es normal que su tienda esté siempre a rebosar de clientes. En ella todo es confitería tradicional y artesana, con sus irresistibles bollos suizos, magdalenas de aceite de oliva, pasteles o las famosas bambas que enamoraron al director de cine Pedro Almodóvar cuando cada mañana las saboreaba camino del colegio San Antonio desde la pensión donde vivía en la calle Postigo durante los años 60.