El aprovechamiento de los recursos hídricos, su conservación y mantenimiento, es uno de los retos más importantes para las diferentes administraciones. Recientemente, una jornada técnica ha abordado en Cáceres la gestión de las aguas residuales urbanas en los pueblos, una pieza clave de cara a la gestión eficiente de este recurso. Ignacio del Río, jefe de área de Tecnología del Agua del Centro de Estudios Hidrográficos, plantea una propuesta innovadora para los municipios.

-¿Qué deben tener en cuenta las autoridades locales en relación a la depuración de aguas?

-Entre otras cosas, seleccionar las tecnologías más adecuadas para las pequeñas poblaciones, tanto las más convencionales, digamos intensivas, con un consumo energético importante, etc.; como las tecnologías extensivas, mucho más baratas, con tanques de tratamiento y basadas en procesos naturales, como son humedales artificiales, macrofitos flotantes, etc., éstas no requieren energía, pero sí de una superficie importante.

-¿Ésta podría ser una buena opción para los pueblos de la provincia de Cáceres, que suelen ser pequeños y disponen de espacio suficiente?

-Claro, aunque también depende, porque no es lo mismo el pueblo que está en un llano, que el que está en una montaña, pero también hay otros sistemas como humedales que se pueden modular o sistemas intensivos que no son tan caros, como los lechos bacterianos, aprovechando las pendientes. Lo que está claro es que hay que estudiar cada situación y ver qué tecnología encaja mejor en cada caso.

-En la provincia de Cáceres ha ocurrido que se construyeron depuradoras en pueblos que, posteriormente, no han sido capaces de mantener.

-Es una situación generalizada en España y en muchos países también ha pasado. Por eso es importante no sólo que conozcan que hay otras alternativas sino que los alcaldes exigan que se hagan estudios de esas alternativas serios, donde se tenga en cuenta las circunstancias del pueblo y las diferentes tecnologías.

-En esto, los pueblos pequeños necesitan ayuda, ¿no crees?

- Yo creo que sí y ahí está la gestión supramunicipal, los números no le pueden salir a él solo, pero si se asocia con otros municipios, ya sean mancomunidad, consorcios con la diputaciones, etc., eso posibilita, por la economía de escala, que esa ecuación tenga solución. Promedio, en Badajoz, es un ejemplo.

-¿Quién debe tomar esa iniciativa?

- Igual los propios ayuntamientos si sus ‘mayores’, diputación o comunidad autónoma, no reaccionan. En otras partes de España funcionan mancomunidades, que además son útiles para cualquier servicio. Los municipios, muchas veces, son muy pequeños y están desvalidos técnicamente y administrativamente.

-Quizá incluso se podría formar a los alcaldes...

- Claro.

-¿Crees que tenemos conciencia ciudadana y ambiental sobre la depuración de aguas? ¿Si visitamos un valle, por ejemplo, nos preocupamos por la calidad de sus ríos?

- Los visitantes yo creo que sí tienen esa sensibilidad, si ves un río sucio, te molesta. El tema es que ahí tocamos un tema importante, la generación de la demanda del usuario. No es lo mismo la demanda en el abastecimiento, donde nos toca en lo personal y todos queremos agua de buena calidad, que la demanda del servicio de depuración de aguas. Todavía el de saneamiento, que te quiten la porquería de delante de casa está bien; pero en depuración, el beneficiario no soy yo, es el medio ambiente o el vecino que está aguas abajo. Cuando se habla de depuración no es sólo crear una infraestructura y mantenerla, es crear un servicio, que tiene que tener un operador, algo que asegure ese servicio; unos mimbres con los que hacerlo, que son las infraestructuras; y una demanda, un usuario que quiera ese servicio y que esté dispuesto a pagarlo, que tampoco es fácil.

- ¿Y cómo se genera esa demanda?

- Yo creo que en Cáceres, con este patrimonio natural que tenéis y ese orgullo por tenerlo, no es difícil generar esa demanda en el usuario. No hay como hablar con alguien de Extremadura y de esta provincia para que te diga lo orgulloso que está de su medio ambiente. Es importante generar esa demanda en toda la ciudadanía, también en los pueblos, que los vecinos no sólo pidan fiestas buenas al alcalde, sino que le pidan depurar el agua. Por eso digo que creo que el visitante se da cuenta y ellos también deben darse cuenta.