En marzo del año pasado se intervenía en el aeropuerto de Barajas un paquete con droga procedente de Argentina con destino a Guadalupe. De aquella intervención se derivó una investigación policial que dio como resultado, trece días después, la detención en la localidad cacereña de las seis personas --cuatro hombres y dos mujeres, una de estas española y el resto dominicanos-- que ayer fueron juzgadas en la Audiencia por tráfico de drogas.

Al domicilio en el que Wanda M. y su pareja Eduardo M. residen en Guadalupe estaba dirigido el paquete. Ellos eran el contacto del suministrador, un tal Tata , que fue el que les indicó que pasarían unos amigos a recogerlo. Wanda fue la que lo retiró de Correos y quedó para entregarlo con Julián Sebastián González Tamarez, el único de los acusados que se encontraba en prisión provisional por esta causa y el único que ayer reconoció saber que acudía a Guadalupe a por un paquete de droga.

Lo hizo, tras aceptar por acuerdo con el ministerio fiscal una condena de 4 años de prisión, durante la declaración que ya en calidad de testigo prestó en el juicio y en la que, además de reconocer los hechos, exculpó a los otros tres acusados que le acompañaron en aquel viaje. Según su testimonio, Jhonny A. C. T., Jairo G. F. P. y Noelia C. S. --esta última actualmente en prisión por otra causa-- "no sabían que el paquete contenía droga", solo le acompañaban porque él había pedido a su amigo Jairo que le buscara un medio de transporte "para ir a Guadalupe a por un paquete y después a una barbacoa en Navalmoral".

Fue lo que también ellos aseguraron, que nada sabían de la droga, como hicieron asimismo Wanda M y Eduardo M., quienes tras ser abordados por la Guardia Civil una vez retirado el paquete de la oficina de Correos de Guadalupe aceptaron colaborar para que pudieran detener a los que iban a recogerlo. Es por esta "especial colaboración", en palabras de la fiscal, por lo que para estos dos acusados solicita una pena de 4 años y medio de prisión, mientras que para los otros tres solicita 7 años --para el principal imputado, como se ha indicado, ya se ha acordado una pena de 4 años de cárcel--.

LOS HECHOS Según los testimonios de los agentes de Vigilancia Aduanera de Barajas y de los agentes de la Guardia Civil de Guadalupe que ayer declararon en el juicio, todo se derivó de la intervención de un paquete "sospechoso", en el aeropuerto de Barajas, el 12 de marzo del 2009, dirigido a un domicilio de Guadalupe. Resultó contener un portacedés en cuyos laterales existía un doble fondo, cosido manualmente, en el que se escondían dos pequeños paquetes con 473 gramos de cocaína, "de los que se podrían haber obtenido más de 4.000 dosis".

Por el Juzgado 43 de Madrid se autorizó la entrega vigilada del paquete para identificar al destinatario; y por el Juzgado de Logrosán su apertura y la sustitución de la droga por harina. El paquete se depositó en la oficina de correos de Guadalupe a la espera de que alguien lo reclamara, lo que ocurrió el 25 de marzo por la mañana. Lo recogió Wanda M., que junto con su pareja aceptaron colaborar con la Guardia Civil y esa mismo día, ya por la noche, se detuvo al resto de las personas ayer juzgadas.