El Juzgado de lo Penal de Cáceres ha condenando a un vendedor de coches de segunda mano y a su hermano mecánico a 10 meses de prisión e inhabilitación para el ejercicio de su profesión y al pago de una multa de unos 2.100 euros por falsificar dos tarjetas de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de sendos automóviles que vendieron.

Los vehículos procedían de autoescuela y se trató de ocultar dicho origen en los documentos bien para el vendedor no lo supiera, en un caso, o bien para evitar los trámites y el pago de tasas, en el otro, según la sentencia hecha pública ayer y que aún no es firme, ya que contra la misma cabe recurso ante la Audiencia Provincial.

Tanto al vendedor de coches, S. B. G., como a su hermano mecánico, C. A. B. G., se les imputa un delito de falsedad en documento oficial. Aunque el mecánico fue el autor material de la falsificación, según reconoció él mismo en el juicio, al vendedor se le considera corresponsable puesto que el hecho se cometió para llevar a efecto las ventas de los vehículos.

Los hechos ocurrieron entre julio del 2004 y agosto del 2005. S. B. G. adquirió a un concesionario para su reventa los dos vehículos que habían pertenecido a un profesor de autoescuela, por lo que ambos coches tenían dobles mandos. Así figuraba en sus respectivas tarjetas de ITV.

Sin embargo, aunque los dobles mandos fueron retirados para poderlos comercializar a particulares, no se registró esta nueva modificación en la tarjeta de la ITV, como es preceptivo, ni se realizó la revisión de la misma para "evitar los transtornos, revisiones y pagos necesarios" que esto conllevaba, según hace constar el fallo del tribunal.

En uno de los casos, se borró la mención a este aspecto de los dobles mandos, sustituyendo con unos asteriscos, para evitar que la compradora supiera que el coche había funcionado para las prácticas de la autoescuela. En el otro caso, se tachó con rotulador en dicho documento la referencia a los dobles mandos y así se vendió, sin que la compradora advirtiera la manipulación, por lo que fue un año después al ir a pasar la ITV con dicha tarjeta como se detectó la irregularidad, siendo la oficina de la misma ITV la que puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil.