Cinco años ha tardado Pinilla en dar forma al centro comercial y de ocio de Nuevo Cáceres. Las primeras noticias sobre los planes de la constructora para instalar un hipermercado, galerías comerciales y cines en el solar situado junto a la Nacional 630 se remontan al 2000.

Desde entonces, los contactos con el ayuntamiento, la Junta y empresas interesadas en el proyecto han sido innumerables. En el 2003, Pinilla inició negociaciones con el grupo francés Leclerc para que, una vez edificado el centro comercial, se hiciera cargo del híper. En noviembre del 2004, ambas partes solucionaron los flecos y anunciaron su acuerdo, con el objetivo de presentar a bombo y platillo los planos en febrero. Las buenas intenciones parecieron materializarse tras la Navidad de ese mismo año, cuando Leclerc firmó el acuerdo que le remitió Pinilla para la compra de la parte del centro destinada a hipermercado.

Pero faltaba que Pinilla rubricara estas 80 páginas de contrato. Y no lo hizo. La promotora cacereña anunció en febrero del 2005 que rompía con Leclerc e iniciaba contactos con otras empresas, por las condiciones abusivas que quería imponer la firma gala, que conducían a que todos los riesgos empresariales los asumiera la otra parte. Desde entonces, poco se supo del futuro del centro comercial. Hasta ayer.