Periodista

Y al final se hizo justicia. Francisco y Eloy no pudieron contener las lágrimas nada más conocerse el fallo por el que se les declaraba inocentes de los cargos que se les imputaban, relativos a presuntas irregularidades en la legalización de inmigrantes. Estas acusaciones le valieron tres meses de prisión y más de dos años como ´presuntos culpables´, con todo lo que ello supone para ellos y sus respectivas familias.

Nada ni nadie podrá compensar el daño ocasionado a estos dos policías, apartados de sus funciones y sobre los que pesaba una petición de condena de 15 años de prisión para cada uno.

Cuando aún permanece en la retina de muchos las imágenes de los dos policías locales miajadeños ingresando en prisión, la ´liberación´ de los agentes de Extranjería ha sido celebrada a lo grande por la gran mayoría de los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad en Extremadura.

Son paradojas de la ley; mientras unos agentes detienen por trigésima cuarta vez al delincuente común de turno, ése que, día tras día, se lleva el ´Pionner´ del coche o tira al suelo a una anciana a la que han tratado de arrebatarle el bolso, hay policías que se pasan tres meses por algo que ni siquiera han cometido y para quienes se pide hasta 15 años de cárcel. Ahora sólo hay que esperar que esa misma ley cosa el roto infligido a unos inocentes que han dejado atrás el apellido de la presunción para volver a la normalidad, ésa de la que nunca debieron salir.

El abrazo del miércoles es un respiro para todos los que creemos a pie juntillas en la honradez de quienes velan por nuestra seguridad.