Inquietud vecinal por el acceso a La Sierrilla. La carretera que conduce a las urbanizaciones 1 y 2 se queda corta para los autobuses que a diario transitan por la zona, tanto para la recogida de transporte escolar como para el servicio público.

Según explica Felipe Jiménez, vecino de La Sierrilla 2, la situación constituye "un auténtico peligro" porque, al cruzarse dos autobuses, uno de ellos tiene necesariamente que orillarse y dejar dos de sus ruedas fuera de la calzada. "Hay riesgo de que pueda volcar" subraya.

ANTIGUO CORDEL

La carretera de acceso a los dos sectores de La Sierrilla es un antiguo cordel que fue asfaltado con el dinero de los propios vecinos hace 10 años. El tramo por el que circulan los autobuses está comprendido desde la rotonda de la N-630 hasta la entrada a La Sierrilla 2 y ocupa aproximadamente 200 metros. Tiene 4,70 metros de ancho, una medida insuficiente para los 5,10 que supone el paso de dos autobuses al mismo tiempo.

Los propios conductores que realizan esta ruta denuncian la situación que se produce a diario en varias ocasiones. Por su parte, la asociación de vecinos La Sierrilla 2 considera que no hay posibilidad de hacer una ampliación de la carretera al tratarse de un bien de interés público, y que sería la Junta --autoridad competente en vías pecuarias-- la encargada de intervenir.