Ha escuchado el aplauso y ha sentido la magia en la platea. Esta vez, Isidro Timón sale de bambalinas para mostrar las escenas más personales de su vida.

--Ser actor es un mérito difícil de igualar...

--Es algo mágico, sobre todo cuando se consigue la finalidad última, que es transmitir.

--Es como dejar que tu alma se quede en pelotas sin importarte que los demás te vean desnudo...

--Hay gente que llega al público a través de la técnica y hay quien lo hace intentando encontrar su propia alma primero, la del personaje dentro de sí mismo, para luego poder transmitirla. Pero sí hay mucho de desnudez, estoy con usted en eso.

--Hubo un tiempo en que a mí me traía sin cuidado desnudarme...

--Efectivamente, a mí también.

--Le hablo de los años de mi niñez, a los que, cada vez más, el tiempo me transporta...

--La niñez es la época en la que menos trabas se impone uno, lo de la autocensura todavía no funciona. Y esperemos que a los que ahora son niños no les funcione ni cuando sean mayores porque no se les imponga desde todos los estamentos.

--Al ritual que se creaba en torno a las patatas fritas que cocinaba mi padre...

--Mi padre muy cocinero no era, pero sí que había otra forma de patatas fritas, cosas que se echan de menos mucho.

--A la caravana de la que tiraban 12 caballos que un día me regaló por sorpresa cuando regresó a casa de aquella fábrica en la que trabajaba de sol a sol...

--O a las horas que pasaba sentado en el patio esperando a que llegara de Madrid y me trajese un tebeo.

--Pasó el tiempo, llegaron los michelines, y ahora me ruboriza mostrarlos...

--Y ahora intento llegar al público pero de otra manera, no mostrando mis michelines físicos sino los de la mente.

--Por eso dejé mi afición juvenil a las tablas...

--Yo no la he dejado nunca y seguramente volveré a ellas muy pronto.

--Aunque siempre guardaré en mi memoria el día en que Juan Carlos Parejo interpretó Una hora sin televisión ...

--Creo que hace mucha falta tener, no una, un par de horas al día sin televisión para poder hablar y recuperar cosas.

--Juan Carlos Parejo es para mí El Perli , el amigo que me enseñó que un actor es un héroe...

--El Perli es un gran estratega y una persona de éxito que está produciendo. Yo también he tenido Perlis en mi vida, como Miguel Angel Lama, por ejemplo.

--Que el eje del actor no es solo la palabra, también es el cuerpo...

--Es una fuerza que nace de dentro, sale hacia el público y tiene vuelta.

--Y el teatro una vía de educación...

--Entendiendo educación como una exposición de posibilidades de distintos puntos de vista, no como algo dogmático que se impone.

--Un modo de descubrir la esencia del hombre...

--Y su fin último: dónde estamos, de dónde venimos, qué pasa con nuestra sociedad, por qué somos así, por qué nos comportamos así a pesar de saber que no estamos disfrutando de nada, todo eso...

--¿Qué hace diferente a un actor de teatro a otro de cine?

--Un actor de teatro tiene contacto directo con el público, siente respirar a su público.

--Lo digo porque los grandes actores se crecen en el teatro...

--Creo que cuando los grandes actores se dedican al teatro, esa fase es casi unas vacaciones, o sea, disfrutan de la esencia que de verdad tiene el teatro.

--Y pienso que decir que el teatro está en crisis es un estigma, un sambenito, un mal mito...

--Creo que la única crisis que tiene el teatro se llama pereza, la que tiene el público para salir de casa, para desengancharse de las ofertas fáciles que se han tejido para él.

--Por eso creo que debe ser bonito llevar las riendas del Gran Teatro...

--El Gran Teatro es una gran máquina. Las riendas no las lleva solo una persona, sobre todo si se quiere escuchar y aprender. Valoro el trabajo en equipo, aunque a veces no quede tiempo ni para dar las gracias al equipo.

--Sentir el pánico del telón y el orgasmo del aplauso...

--Aquí siempre estoy un poco a medias, escuchando los ruidos, si las butacas chirrían, si se oye demasiado el zumbido de la calefacción, si no llega la voz de tal o cual actor o si habla hacia atrás y no se le escucha. Cuando salgo fuera entonces sí veo teatro.

--Pese a la estridencia del Womad...

--Ver al público disfrutando satisface todas las estridencias.

--Pese a la crítica mordaz de una ciudad donde el poder público está mal visto...

--Sigo la máxima del primer día: poner mi capacidad de trabajo y de aprender al servicio de esta empresa.

--Donde hay que hacer música en el teatro porque en los bares te lo impiden...

--Algo pasa para que Cáceres no pueda tener música en los bares, hay muchos formatos de conciertos y muchos tipos de bares y licencias posibles.

--Usted, que fue empresario de la movida, la lleva ahora a escena...

--Me gusta ir a los bares y me gusta que haya bares que hacen cosas. Hago lo que creo que debo hacer desde un espacio público, que es mantener la llama mientras se soluciona la situación de los bares.

--A esa movida maltratada...

--A esa movida solo le falta las formas legales de revivir y me consta que se están buscando. En todas las ciudades hay conciertos y no pasa nada.

--Y entre todo este maremagnum ¿no se siente desgastado?

--Hay que reconocer que hay algunos días complicados pero el balance es positivo. Este trabajo me permite estar cerca de uno de los sectores más inteligentes y librepensadores de nuestro tiempo. Se aprende mucho simplemente escuchando y eso es una satisfacción.

--¿No echa de menos reírse más?

--Capto la indirecta. Sé que me río poco, que doy una imagen seria pero estoy seguro de que soy más divertido que mucha gente.

--¿Qué es la capitalidad?

--Una oportunidad para situarnos, en primer lugar ante nosotros mismos. Es como cuando hay una adversidad y uno se da cuenta de los amigos de verdad que tiene.

--¿Me dedica una obra de teatro?

--Claro que sí. Para usted, por su delicada manera de entrevistar y porque seguramente forma parte del mejor público posible.