A Ismael Moya (Cáceres, 1983) le gustaba componer para otros hasta que se atrevió a finales del año pasado a meterse en el estudio a grabar su primer disco. "Era el momento. Tenía las canciones y la compañía que quería", reconoce el autor de Puede ser , uno de los éxitos que aupó a la lista de superventas al dúo gaditano Kiko y Shara. "Admiro su sensibilidad y las ganas que tiene siempre de hacer reír", dice Shara de él, mientras disfrutan de un jugoso desayuno en el que no falta el jamón extremeño.

Hasta el nacimiento de Susurros , título del trabajo discográfico de Moya, han tenido que pasar seis años de canciones, reducidos a 12 temas grabados en el tiempo récord de cuatro meses en Madrid por el sello Imck Music. Pero el compositor que creció en Aldea Moret, donde aún vive su familia, deja claro que no se parece a nada de lo que haya hecho antes para otros cantantes como Marta Quintero o Hugo, de Operación Triunfo . "Que la gente no espere un sonido como el de Kiko y Shara ni tampoco flamenco", asegura Moya, que ha contado entre sus músicos con su inseparable hermano Aitor en la batería y Vudi Amores (Qkino) en el bajo.

El autor añade que en el disco laten "sentimientos e inquietudes musicales" pero, sobre todo, "muchas ganas". Moya prefiere huir de la idea de que le faltaba interpretar sus canciones: "Soy el hombre más feliz del mundo cuando escucho a otros cantar mis temas".

En su carrera profesional no han faltado los ejemplos de casa. Víctor, su padre, formó parte de una orquesta y él siguió la senda familiar. "Siempre me inculcó que este trabajo es muy serio y que había que llegar siempre diez minutos antes", subraya. Su orgullo de barrio queda patente cuando se define como "un chico de Las Minas, de Aldea Moret. Me he hartado de pegar patadas a una lata y de hacer balones de papel. He sido un chaval de la calle", dice ahora con 26 años.

Canciones del día a día

Partidario de volcar en sus canciones el día a día, ha incluido en el disco la historia ficticia de un joven que se queda en una silla de ruedas tras sufrir un accidente de tráfico. "Intento explicar que no te puedes hundir, que hay que seguir adelante agarrándote a lo que tengas", explica Moya, que resume el contenido "en un conjunto de historias cotidianas que le pueden pasar a cualquiera".

Mientras a Shara se le ilumina la cara oyéndole hablar, al compositor le queda la espina de no pisar los escenarios de su ciudad. Ni siquiera sabe cuándo presentará el disco tras caerse del cartel de ferias. Por su cabeza ronda la idea de llevarlo a la sala Capitol. Hace tiempo que se compró una casa y tiene claro que aquí siempre estará su sitio porque, dice, "Cáceres tiene magia. Huele distinto". Moya no para de sentir.